CULTURA - CREA - Universidad UNIACC

Una lengua es una lenta destilación de culturas, y en ello radica el milagro de
su riqueza y de su fascinante ambigüedad. Las lenguas que se pensaron para
crear una humanidad más homogénea, como puente entre culturas, no tomaron
en cuenta este hecho, y el esperanto, creación de un grupo que creyó, y cree, que
una lengua universal es la base de la armonía entre los hombres, tuvo la distinción
de nacer como una lengua muerta, por falta, o por exceso, de padres.
Toda lengua precisa tener un pasado que la relacione con una cultura vivida.
Cuando éste le falta, tiene que tener los elementos para inventarlo, y ser creída.
Mencionaba la tragedia de la Revolución Cultural China, que pretendió desconocer
el peso de la cultura. Como el esperanto, no podía sobrevivir a la locura de quienes,
por razones de política menor, la idearon. Repito, no se crea una sociedad nueva
sin basarse en la vieja cultura y en la lengua.
La relación entre cultura dominante y lengua está clara en nuestra América. En
Chile la nodriza es la mama, y el bebé es la guagua. No es difícil reconocer la
estructura social: la empleada doméstica, la china, se encargaba de los niños. Era
de cultura indígena, y de su lengua queda el recuerdo a través de su trabajo. En
América Central el fenómeno se repite, nuestra guagua es la chichi, el muchacho
es zipote, y los pechos son chichas, fuente indígena de alimento para el pequeño
europeo, o, más probablemente, mestizo. Es necesario reflexionar sobre la lenguacultura
como línea de demarcación. Cada grupo tiene su medio de establecer
territorialidad a través del uso del idioma. Las sub culturas buscan diferenciarse.
Detrás de las palabras asoman palabras, que significan posición y estatus.
La cultura del Japón se evidencia, en sus más finos matices, en las palabras
de agradecimiento. Agradecer es un acto de humillación, un reconocimiento de
favores recibidos, que por lo tanto nos dejan en deuda. Esta deuda,-on-, es algo
que debe ser evitado dentro de la cultura imperante, y los términos para decir
gracias lo evidencian.
El “japlish”, con su adaptación de la lengua inglesa, confiere estatus al que lo
utiliza, pero está implícitamente aceptando como superior la cultura de otro grupo.
Dos conceptos básicos, “giri” y “on”, se refieren a la obligación del individuo con
sus superiores. La obligación de mantener el estatus hace que el aceptar un “on”,
es decir una obligación, sea insoportable y hace que la gratitud sea presentada en
términos de profunda mortificación.
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