CULTURA - CREA - Universidad UNIACC

Blake, Mouton y Allen formulan, pues, la siguiente tipología de culturas
organizacionales:
Cultura Autoritaria: Máximo interés por la producción, mínimo interés por las
personas. El poder y la autoridad se concentran en el jefe. Los empleados tienen
que obedecer. La participación es mínima, o simplemente no existe. No hay
coordinación entre los miembros. Las metas y objetivos se establecen sin consulta.
La moral es baja, no hay compromiso. Hay mucho conflicto interno, competencia y
crítica negativa, buscando culpables.
Cultura Amistosa: Mínimo interés por la producción, máximo interés por las
personas. Hay buenas relaciones humanas, cordialidad. El jefe, más que un líder,
es un amigo. Se evitan los temas que puedan provocar conflicto. La moral es
alta. Hay mucha ineficiencia. Se tolera la ineficiencia para no echar a perder la
atmósfera cordial.
Cultura Paternalista: Alto interés por la productividad, alto interés por las personas,
pero no se trata de algo integrado. El poder y la autoridad están firmemente en las
manos del jefe. Se exige lealtad y acatamiento. La lealtad es recompensada con
elogios o incentivos materiales. Las metas y los objetivos los determina el jefe. Se
rechaza la crítica. En períodos de éxito, la moral puede ser alta. No se incentiva la
iniciativa. Los conflictos se niegan.
Cultura Apática: Mínimo interés por la producción, mínimo interés por las
personas. El jefe apenas aparece, ejerciendo muy poco poder y autoridad. No
se toman decisiones, no se enfrentan los problemas. Hay mucha negligencia. La
comunicación es mínima. Nadie se compromete. La moral es baja, desanimada.
Cultura Conformista: Regular interés por la producción, regular interés por las
personas. Hay muchas reglas. Los conflictos se negocian, se transan. Objetivos y
metas sólo a corto plazo. Se ocultan los problemas de rendimiento. Nadie quiere
sobresalir, para no provocar suspicacias. Todos se miden en lo que pueden decir.
Cultura Oportunista: El interés varía, y depende de las personas. Los miembros
están preocupados de alcanzar fines personales. Se elogia en público, se critica
en privado. Hay mucha deslealtad e hipocresía. Hay mucha competencia interna,
sin interés por los objetivos de la organización. Se buscan favores y el poder se
manipula. El conflicto se oculta, y se trata a puerta cerrada.
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