REBELDIA 40.qxp - Indymedia Argentina

More documents

Recommendations

Info

REBELDIA 40.qxp 21/04/2006 01:43 p.m. PÆgina 62 era el más novato—, el delito no sólo era cierto, sino que era algo usual. La reventa de los durmientes robados a los mismos supervisores de la empresa ferroviaria, señala que los campesinos apostaban no sólo a estafarlos, sino a desafiar su poder. Estas formas de actuar y reflexionar sobre las debilidades del poderoso, indican experiencias previas y redes de complicidad para participar y beneficiarse y además salir bien librados. Los juicios iniciados por los sabotajes nos indican que éstos constituyeron una contienda de baja intensidad de campesinos zapotecos contra el ferrocarril y lo que éste representaba. Los supervisores, conductores y vigilantes de las empresas ferrocarrileras no sólo intuyeron el rechazo y los deseos de venganza de campesinos zapotecos contra el ferrocarril, sino que en sus mismas declaraciones, acusaciones y sospechas, también revelan las causas que motivaron la irritación social: la invasión de su territorio, los daños que les ocasionaba el ferrocarril, y también la prepotencia e impunidad de la empresa ferroviaria y sus empleados contra la población zapoteca. En suma, los sabotajes al Ferrocarril Nacional de Tehuantepec nos muestran la profundidad de la indignación y su amplitud social, así como su extensión territorial. Esa indignación se dirige contra la violencia que el ferrocarril trajo consigo, no sólo en relación con los daños materiales y a la invasión a su territorio, sino sobre todo a las nuevas relaciones de dominación, que implicaron agravios morales además del trastocamiento de sus formas de vida. Los sabotajes al ferrocarril también revelan la impotencia de los campesinos zapotecos ante las arbitrariedades y complicidad de las autoridades del ferrocarril y las locales. Impotencia que de algún modo fue compensada con la extensión de la complicidad social, que permitió que en la mayor parte de los atentados no se hayan podido identificar a los autores. En 1914, el Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, el sueño porfirista, se vio quebrado por una gran debacle provocada por la apertura del Canal de Panamá y agravada por las secuelas de la Revolución Mexicana. En un solo año, de 70 trenes diarios apenas llegaban a pasar 5 o 7. Entraron entonces en crisis todas las actividades económicas relacionadas con el ferrocarril. Para la década de los veintes, nueve consulados habían cerrado ya sus representaciones en Salina Cruz. Los capitalistas nacionales y extranjeros huyeron de la devastación. El paraíso ofrecido por Porfirio Díaz, más bien parecía entonces el infierno. La pérdida del salario en las unidades domésticas zapotecas por el desempleo, producto de la debacle 62 del ferrocarril transístmico, provocó un hueco difícil de sustituir. El Istmo oaxaqueño recuerda a esa etapa como la “época del hambre”, pues además hubo dos epidemias de viruela, plagas de langosta y, por si fuera poco, fuertes sequías e intensos temporales que colapsaron totalmente la producción agrícola. El impacto de esta crisis se prolongó por casi dos décadas, colapsando a familias y comunidades zapotecas enteras. Muchos zapotecos tuvieron que emigrar hacia el istmo veracruzano en busca de trabajo, o bien incorporarse al ejército. Epílogo Las historias de resistencia de zapotecos ante el ferrocarril transístmico no concluyeron allí. Años después de las secuelas de la debacle del sistema ferroviario del Istmo, un proceso socioeconómico iniciado por mujeres zapotecas se fue extendiendo y consolidando: las viajeras, mujeres zapotecas dedicadas al comercio de corta y larga distancia que se transportaban en el sistema ferroviario del Istmo. A través del sistema ferroviario del Istmo, las viajeras zapotecas inauguraron un diversificado sistema comercial regional, ya fuera vendiendo, comprando o intercambiando productos en algunos asentamientos muy pequeños —como los campamentos de peones del ferrocarril a lo largo de las vías—, o bien manejando grandes volúmenes de mercancía que acopiaban o vendían en las estaciones principales del ferrocarril. A través del sistema ferroviario del Istmo modernizaron la vieja y centenaria ruta de contrabando de productos europeos y orientales que entraban por Guatemala y que las viajeras comercializaban en la región del Istmo y la zona veracruzana.
REBELDIA 40.qxp 21/04/2006 01:43 p.m. PÆgina 63 Ellas enfrentaban las inspecciones aduaneras que realizaban los celadores en el ferrocarril en Tapachula. Para eludirlos, ellas utilizaban un sinfín de pequeños trucos, como llevar telas o mercancía bajo sus enaguas, encubrir el contrabando con otras mercancías nacionales o contar con la complicidad de los ferrocarrileros para esconderlas en el tren. El mayor peligro para las viajeras dedicadas al contrabando, y ante el que se hallaban inermes, eran los policías judiciales y el ejército, que actuaban no sólo en la ruta del ferrocarril, sino en las propias localidades donde ellas vivían. Judiciales o militares, una vez que identificaban los domicilios de ellas, iban a confiscarles hasta allí la mercancía. En 1958, estalló a nivel nacional el movimiento ferrocarrilero que fue derrotado pocos años después. Uno de los bastiones principales de este movimiento fue el centro ferrocarrilero de 63 Matías Romero, con enorme influencia en el contingente de trabajadores de los Ferrocarriles Nacional de Tehuantepec y del Panamericano. El movimiento y su posterior derrota marcarían profundamente al contingente ferrocarrilero politizado, que participó en el Partido Comunista Mexicano y en las luchas contra el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el Istmo de Tehuantepec desde los años sesentas. Para entonces, los trabajadores del ferrocarril se habían consolidado como los mejores aliados y cómplices de las viajeras zapotecas. Y con esta alianza social, ellas aprovecharon ventajosamente los resquicios de debilidad que el sistema ferroviario del Istmo presentó, cuando fue cayendo en un desorden administrativo y de vigilancia que se agudizó después de los años sesenta, ya derrotado y fracturado el movimiento de los ferrocarrileros. Pues la impunidad del sindicato progobiernista, con sus actuaciones y corrupción, condujo al desfalco financiero que contribuyó al deterioro y al abandono tecnológico del sistema ferroviario. La tradicional actividad de las viajeras fue abruptamente interrumpida en la última década del siglo XX, al desaparecer la empresa estatal Ferrocarriles Nacionales de México, precisamente cuando los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo impusieron un nuevo proyecto capitalista neoliberal, que incluía la venta al mejor postor de las principales rutas ferroviarias, desmantelando al sistema ferroviario nacional. Y aunque el Ferrocarril de Tehuantepec se mantuvo bajo control estatal, se desmanteló la estructura de carga de mercancía y transporte de pasajeros con la que operaba el “viejo” sistema ferroviario del Istmo, y se dedicó sólo al traslado de carga. Este desmantelamiento provocó que la totalidad de los trabajadores de Ferronales fueran liquidados y jubilados. Actualmente, las viajeras zapotecas recorren las carreteras en autobús, sorteando a los celadores y a los cobradores; mientras los combativos ferrocarrileros jubilados buscan organizarse, para contribuir con su experiencia gremial y política a la causa de construir una nación con justicia para los trabajadores.
Page 1 and 2:
REBELDIA 40.qxp 21/04/2006 01:33 p.
Page 3 and 4:
REBELDIA 40.qxp 21/04/2006 01:33 p.
Page 5 and 6:
REBELDIA 40.qxp 21/04/2006 01:34 p.
Page 7 and 8:
REBELDIA 40.qxp 21/04/2006 01:34 p.
Page 9 and 10:
REBELDIA 40.qxp 21/04/2006 01:34 p.
Page 11 and 12: REBELDIA 40.qxp 21/04/2006 01:34 p.
Page 61: REBELDIA 40.qxp 21/04/2006 01:43 p.
show all

REBELDIA 40.qxp - Indymedia Argentina

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

Delete template?

Save as template?