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Mundo Narrado IV. La Perspectiva: Un Punto De Vista Sobre El ...

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efectivo de la experiencia. Por otra parte, desde un punto de vista ideológico, y a diferencia<br />

de lo que constantemente ocurre en Muerte en Venecia, la condena no viene del narrador<br />

sino del propio Oliveira.<br />

Sin abandonar el discurso narrativo, el narrador puede modular entre la perspectiva<br />

figural y la narratorial, así como entre las perspectivas de distintos personajes, sin que esto<br />

implique un cambio de enunciador. En la siguiente secuencia de Pedro Páramo, de Juan<br />

Rulfo, la modulación se da entre la perspectiva del padre Rentería y la de Susana San Juan,<br />

pasando discretamente por la del propio narrador:<br />

No abre los ojos. <strong>El</strong> cabello está derramado sobre su cara. <strong>La</strong> luz enciende gotas de<br />

sudor en sus labios. Pregunta:<br />

–¿Eres tú, padre<br />

–Soy tu padre, hija mía.<br />

Entreabre los ojos. Mira como si cruzara sus cabellos una sombra sobre el techo,<br />

con la cabeza encima de su cara. Y la figura borrosa de aquí enfrente, detrás de la<br />

lluvia de sus pestañas. <strong>Un</strong>a luz difusa; una luz en el lugar del corazón, en forma de<br />

corazón pequeño que palpita como llama parpadeante. “Se te está muriendo de pena<br />

el corazón —piensa—. Ya sé que vienes a contarme que murió Florencio; pero eso<br />

ya lo sé. No te aflijas por los demás; no te apures por mí. Yo tengo guardado mi<br />

dolor en un lugar seguro. No dejes que se te apague el corazón.”<br />

Enderezó el cuerpo y lo arrastró hasta donde estaba el padre Rentería.<br />

–¡Déjame consolarte con mi desconsuelo! –dijo, protegiendo la llama de la vela con<br />

sus manos.<br />

<strong>El</strong> padre Rentería la dejó acercarse a él; la miró cercar con sus manos la vela<br />

encendida y luego juntar su cara al pabilo inflamado, hasta que el olor a carne<br />

chamuscada lo obligó a sacudirla, apagándola de un soplo. 14<br />

En un primer momento es la percepción de Rentería la que orienta la elección de detalles<br />

descriptivos tales como la luz que “enciende gotas de sudor” en los labios de Susana; luego<br />

la perspectiva se desplaza a Susana quien “detrás de la lluvia de sus pestañas” nos ofrece<br />

una visión distorsionada del mundo exterior: una luz difusa y palpitante en el corazón y en<br />

forma de corazón; una luz que está a punto de extinguirse. <strong>De</strong> manera muy sutil, el discurso<br />

14<br />

Juan Rulfo, Pedro Páramo, México, Fondo de Cultura Económica, “Colección Popular”, 2a. ed., 1981,<br />

pp. 118-119.<br />

29

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