Mundo Narrado IV. La Perspectiva: Un Punto De Vista Sobre El ...
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estructura textual que anticipa la presencia de un receptor sin que necesariamente lo defina”<br />
(34). Todo lector real está, por así decirlo, invitado a jugar un papel dentro del texto, a<br />
ocupar el lugar definido por el lector implícito, aunque es evidente que no estará obligado a<br />
ocuparlo de manera pasiva. Iser distingue dos aspectos interrelacionados en su concepto de<br />
lector implícito: “el rol del lector como estructura textual y el rol del lector como un acto<br />
estructurado” (35). Puesto que es el lector quien opera la convergencia de todas las otras<br />
perspectivas, su papel de mediación en las estructuras textuales es básico; al mismo tiempo,<br />
ese acto de mediación es en sí mismo un acto de lectura estructurado. En el capítulo 7,<br />
“<strong>Narrado</strong>r/narratario. Programas de lectura inscritos en el texto narrativo”, hablaré más<br />
sobre el narratario como una serie de estructuras textuales que definen posiciones de<br />
lectura. Por ahora, interesa de manera especial la lectura como acto estructurado, pues<br />
remite a la perspectiva cambiante del lector.<br />
Considerando que la lectura sólo puede darse en el tiempo, esa dimensión temporal<br />
impide toda posibilidad de una visión exterior global sobre el relato que leemos. <strong>El</strong> lector,<br />
en tanto que observador, está dentro del objeto contemplado, y su contemplación se da en<br />
sucesivos desplazamientos en el tiempo; se ve obligado, en otras palabras, a asumir un<br />
“punto de vista móvil” (wandering viewpoint), lo cual implica una constante actividad de<br />
síntesis, corrección y modificación del sentido de lo que va leyendo (cf. Iser 1978, 17 ss).<br />
<strong>De</strong> tal suerte que si bien el lector es quien opera la convergencia de todas las perspectivas<br />
del texto, esa convergencia no es única sino múltiple y siempre parcial. En un juego<br />
constante entre la memoria y la expectación, el lector opera esas convergencias parciales<br />
que al corregirse, modificarse y/o transformarse van formando un tejido de extraordinaria<br />
densidad y complejidad. <strong>De</strong> ahí la impresión, cuando leemos una novela, de estar frente a<br />
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