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LOS ALGARROBOS TAMBIEN SUEÑAN 13
Otros narradores se desarrollan en el exilio como Angel Rafael
Lamarche y Andrés Requena. Dentro de esa línea realista, ubiquemos a
Freddy Prestol Castillo, José Rijo y J. M. Sanz Lajara.
Es éste el punto de inserción en que Díaz Grullón se incorpora a las
letras dominicanas.
LA NARRATIVA DE VIRGILIO DIAZ GRULLON
En momentos anteriores a la muerte de Trujillo publica su primer
libro de cuentos: Un día cualquiera.
La mayoría de sus personajes citadinos están concebidos como
"una visión fugaz de una vida cualquiera". Sin ubicación especial, los
hermana una común angustia: "Las historias que aquí se relatan son
historias tristes, y las figuras humanas que pueblan sus caminos son
seres solitarios, confusos, desorientados", nos declara su autor. Quizás
por colocarlos bajo el signo de la angustia, por cierto fatalismo e
incapacidad de rebelarse -véase el marido de Ratones, luego retomado
bajo el título de Matar un ratón- o por la indiferencia hacia el otro
-Caín- el aire de algunos relatos nos lleva a una aproximación vaga con
Juan Carlos Onetti, cercanía mayor al notar la pasividad emocional de
las vivencias de Luis enEI corcho sobre el río en su segundo volumen de
cuentos.
Sin embargo, esta visión dolorosa y chata, con personajes alienados
por las labores oficinescas -La puntualidad del señor Martínez-, por la
bebida -Jornada completa- o retenidos en su inmovilidad - Vecmdad-,
se ilumina en la preocupación demostrada hacia la infancia.
Construidos con una gran economía expresiva y una idéntica síntesis
de elementos, varios relatos tienen como protagonistas a niños:
Ratones, El pozo sin fondo, El reloj, Pesadilla, en el primer libro; El
pequeño culpable en el segundo; El aprendiz de brujo en Más allá del
espejo. En otros, la referencia a la infancia es un puente: Fiebre, Dos
pesos para Cirilo, La campana rota en Crónicas de Altocerro, o meta
final: Viaje al microcosmos -Más allá del espejo. Ya volveremos a esta
temática a propósito de uno de los últimos episodios de Los algarrobos
también sueñan.
Virgilio Díaz Grullón pertenece a una generación posterior a la del
profesor Bosch y también a una inquietud distinta.
Como bien indica Carlos Curiel en el prólogo de las Crónicas de
Altocerro, su narrativa se nutre del paisaje humano de la ciudad, de la