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44 Viruilio Día.~ GrulIón<br />
semioscuridad de la cueva los cuerpos destrozados de los<br />
compañeros.<br />
La granada describió una trayectoria cerrada que terminó<br />
justamente en el centro del grupo de soldados que ocupaban<br />
el camión. La explosión los arrojó sobre la carretera. De una<br />
primera ojeada Alberto calculó en cuatro las bajas: dos<br />
muertos, por lo menos, y dos heridos que lograron salir por<br />
sus propios medios del vehículo pero quedaron de inmediato<br />
tendidos y ensangrentados en la carretera. Los otros seis se<br />
arrojaron voluntariamente a tierra desplegándose algunos con<br />
evidente desconcierto a lo largo de la carretera y corriendo<br />
los otros de vuelta hacia el recodo.<br />
Como estos últimos continuaban agrupados, Alberto<br />
aprovechó para arrojarles la segunda granada, provocando una<br />
baja adicional que pudo comprobar antes que el resto<br />
desapareciese de su vista. .<br />
Tres hombres estaban todavía en la carretera disparando<br />
hacia todos lados sin tener idea alguna de su objetivo. Alberto<br />
se puso de rodillas en la tierra, tomó el rifle y disparó al que<br />
estaba más alejado (éste por Felipe, cofto) que se desplomó<br />
de inmediato. Apuntó luego al segundo, que ya corría hacia<br />
el recodo; y falló el disparo. El tercero fue un blanco fácil (y<br />
éste por Diego, coño) que quedó sobre el caliche con los<br />
brazos y las piernas abiertos como un fantoche desárticulado.<br />
Alberto se incorporó, recogió la última granada, se terció<br />
el fusil a la espalda y decidió que era hora de reunirse con<br />
Víctor y Rafael porque aquella acción detendría al enemigo<br />
durante el tiempo necesario para proceder a una retirada<br />
ordenada con lo que pudieran salvar del campamento.<br />
En el trayecto se encontró con ambos, que. venían<br />
corriendo a su encuentro desde que oyeron los -disparos.<br />
Alberto les ofreció un breve resumen de la operación y,<br />
después de algunos instantes de duda durante los cuales<br />
debatieron si quedarse o no protegiendo algún tiempo más la<br />
carretera iy causando mayores bajas al enemigo, decidieron<br />
abandonar el lugar y buscar contacto con Manuel.