número <strong>de</strong> los profesores, sino que vela y trabaja continuamente,por ser único y extremado, y sólo trae <strong>de</strong>lante<strong>de</strong> los ojos el gran<strong>de</strong> interés <strong>de</strong> ser tenido pormonstruo <strong>de</strong> perfección, y no por artista razonable, locual Italia tiene por bajísima cosa, pues sólo estima ylevanta hasta el cielo a los que llama águilas, porquesobrepujan a todos los otros y son penetradores <strong>de</strong> lasnubes y <strong>de</strong> la luz <strong>de</strong>l sol. A<strong>de</strong>más, nacéis en una provinciaque es madre y conservadora <strong>de</strong> todas las cienciasy disciplinas, entre tanta reliquia <strong>de</strong> vuestros antiguos,que en ninguna otra parte se hallan; y ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong>niños, sea cualquiera la inclinación <strong>de</strong> vuestro genio,tropezáis a cada momento por las calles con vestigios<strong>de</strong> su gran<strong>de</strong>za, y os acostumbráis a ver lo que en otrosreinos nunca vieron los más ancianos. Y conforme vaiscreciendo, aunque fuéseis rudos y groseros, traéis yalos ojos tan habituados a la contemplación y noticia <strong>de</strong>muchas cosas antiguas y memorables, que no podéismenos <strong>de</strong> imitarlas; cuanto más que, con esto, se juntaningenios extremados, y estudio y gusto incansable.Tenéis maestros singulares que imitan y llenan las ciuda<strong>de</strong>s<strong>de</strong> cosas mo<strong>de</strong>rnas, con todos los primores y noveda<strong>de</strong>sque cada día se <strong>de</strong>scubren y hallan. Y si todasestas cosas no alcanzasen, las cuales yo muy suficientesestimaría para la perfección <strong>de</strong> cualquier ciencia, a lomenos ésta es muy bastante: que nosotros los portugueses,aunque algunos nazcamos <strong>de</strong> gentil ingenio yespíritu , como nacen muchos, todavía hacemos alar<strong>de</strong>y vanidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>spreciar las artes, y casi nos avergonzamos<strong>de</strong> saber mucho <strong>de</strong> ellas, por lo cual siempre las<strong>de</strong>jamos imperfectas y sin acabar . Es cierto que tenemosen Portugal ciuda<strong>de</strong>s buenas y antiguas, principalmentemi patria, lisboa; tenemos costumbres buenas y buenoscortesanos, y valientes caballeros, y príncipes valerosos,así en la guerra como en la paz, y, sobre todo,tenemos un rey muy po<strong>de</strong>roso y preclaro, que en gransosiego nos gobierna y rige, y domina provincias muyapartadas, <strong>de</strong> gentes bárbaras que convirtió a la fe, yes temido en todo el Oriente y en toda Mauritania, y favorecedor<strong>de</strong> las buenas artes, tanto, que por haberseengañado en la estimación <strong>de</strong> mi corto ingenio, que,<strong>de</strong> mozo, prometía algún futuro, me envió a estudiar lasmagnificencias <strong>de</strong> Italia y a conocer a Miguel Angel,que está aquí presente. Es verdad que no tenemos lacultura <strong>de</strong> aquí, ni en edificios ni en pinturas; pero yacomienza a <strong>de</strong>saparecer poco a poco la superfluidad bárbaraque los godos y mauritanos sembraron por la Españas;y espero que, en volviendo yo a Portugal con ladoctrina que en Italia he adquirido, algo he <strong>de</strong> hacer,esforzándome en competir con vosotros, ya en la elegancia<strong>de</strong>l edificar, ya en la nobleza <strong>de</strong> la pintura. Pero,hoy por hoy, esta ciencia está casi perdida y sin resplandorni nombre en aquellos reinos, tanto, que muypocos la estiman y entien<strong>de</strong>n, a excepción <strong>de</strong> nuestroserenísimo Rey y <strong>de</strong>l infante Don Luis, su hermano».Tomado <strong>de</strong>l Desarrollo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as estéticas en España.Ramón Menén<strong>de</strong>z Pelayo.14/NORTE
LalibertadYelestadoSalvador<strong>de</strong>MadariagaCuando, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l individuo, paal<strong>de</strong>l Estado, llegaremos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, a conclusamossiones en armonía con las que acabamos <strong>de</strong> establecer,puesto que, al fin y al cabo, aunque por distinto polo,vamos a examinar el mismo problema. La i<strong>de</strong>a que <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el polo social correspon<strong>de</strong> a la <strong>de</strong> libertad es la <strong>de</strong>autoridad. Bajo este concepto se pue<strong>de</strong>n distinguir varioselementos diferentes, que se agrupan en tres categorías:Primera, la latitud que el Estado tiene que poseerpara actuar sobre el individuo como guardián <strong>de</strong> las liberta<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los <strong>de</strong>más ciudadanos; <strong>de</strong>spués, la latitudque el Estado necesita para asegurar su propia conservacióny su propio funcionamiento ; por último, siemprese encuentra en la autoridad <strong>de</strong>l Estado un elemento queemana <strong>de</strong> la libertad individual <strong>de</strong> los hombres que loencarnan en el momento en que la autoridad se ejerce,y este elemento no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser a veces en la mecánicamoral <strong>de</strong> la política el más importante <strong>de</strong> los tres.Es evi<strong>de</strong>nte que, en la primera <strong>de</strong> estas capacida<strong>de</strong>s,el Estado no pue<strong>de</strong> constituir amenaza alguna paralos verda<strong>de</strong>ros intereses <strong>de</strong> la libertad individual, puestoque aquí la autoridad no es otra cosa que lo que losmatemáticos llamarían la integral <strong>de</strong> las liberta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>los ciudadanos. Quizá sea este el momento para apuntarque ,la libertad individual no es esencial sólo para el individuo,sino también para el Estado, o en otros términos,el Estado es tanto más floreciente cuanto más cerca<strong>de</strong>l polo libertad se encuentra su línea <strong>de</strong> equilibrio (suor<strong>de</strong>n) entre la libertad y la autoridad . Esto no es unamera frase, ni tampoco una vana querencia , ni una ilusión<strong>de</strong> i<strong>de</strong>alista. Es un hecho que se pue<strong>de</strong> probar.Porque, bajo el régimen <strong>de</strong> máxima libertad, la flui<strong>de</strong>zNORTE/15