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tercera epoca - revista hispano-america - Frente de Afirmación ...

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los eternos adolescentes:El joven intelectual radical <strong>de</strong> Bloomsbury, <strong>de</strong> St.-Germain-<strong>de</strong>s-Prés o <strong>de</strong> Greewich-village es un tipo realmenteinofensivo. Su radicalismo proviene a menudo <strong>de</strong>una rebelión <strong>de</strong> adolescente contra sus padres o <strong>de</strong> cualquierotro conflicto estereotipado que le hace <strong>de</strong>sesperartemporalmente <strong>de</strong>l mundo. Pero algunos <strong>de</strong> estos radicalesno alcanzan nunca la madurez <strong>de</strong>l adulto y siguensiendo los eternos adolescentes <strong>de</strong> la izquierda.En los Estados Unidos y en Francia, se encuentrafrecuentemente una variedad <strong>de</strong> este tipo, pero raravez aparece en Inglaterra. El joven X... empieza siendoun comunista entusiasta; pronto se <strong>de</strong>silusiona, y fundaun grupo <strong>de</strong> oposición trotskista, constituido por diezpersonas; <strong>de</strong>scubre que seis <strong>de</strong> entre las diez formanun "bloque <strong>de</strong> oposición" secreto <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l grupo; vuelvea sentirse <strong>de</strong>silusionado, y funda una "capillita", conun programa cien por ciento anticapitalista, antinacionalistay antipacifista, que también fracasa; inicia otranueva "capillita" y así sucesivamente. Todas sus luchas,sus polémicas, sus victorias y sus <strong>de</strong>rrotas son tormentasen un vaso <strong>de</strong> agua, limitadas al mismo grupito <strong>de</strong>intelectuales radicales: una especie <strong>de</strong> familia que sesostiene con las peleas y las acusaciones mutuas, y que,no obstante, mantiene la cohesión en virtud <strong>de</strong> un singularcoagulante dialéctico. Un ejemplo clásico <strong>de</strong> estosgrupos es, el <strong>de</strong> los existencialistas-marxistas que seagrupan en torno a les Temps Mo<strong>de</strong>rnes, <strong>de</strong> Sartre, consus rencillas y sus cismas perpetuos. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse queel sectario pa<strong>de</strong>ce <strong>de</strong> líbido política <strong>de</strong> tipo "incestuoso".El entrometido Y... representa otro tipo distinto.Su nombre figura en todos los comités "progresivos", suvoz se alza para protestar contra todas las injusticias;ha abrazado todas las causas justas que existen bajo elsol, y no ha llevado nada a feliz término sobre la tierra.Y... es el equivalente político <strong>de</strong>l "ninfomaníaco", que.sufre <strong>de</strong> exceso <strong>de</strong> líbido política. También esta clase<strong>de</strong> neurosis florece especialmente en el clima <strong>de</strong> izquierda;porque, en general, la izquierda es políticamente hipersexuada.Finalmente, existe Z ..., el "masoquista " político.Para él, la parábola <strong>de</strong> la paja y la viga se ha invertido.La menor injusticia , <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su propio país , le arrancagritos <strong>de</strong> angustia y <strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperación ; pero encuentraexcusa para los crímenes más odiosos cometidos en elcampo opuesto. Cuando a un jugador <strong>de</strong> tenis, por noser <strong>de</strong> raza blanca, se le rehusa una habitación en unhotel <strong>de</strong> Londres, Z... tiembla <strong>de</strong> indignación espontánea;cuando millones <strong>de</strong> personas echan los pulmonespor la boca en las minas soviéticas <strong>de</strong>l Artico y en lasbarracas <strong>de</strong> los campos <strong>de</strong> concentración, la concienciasensitiva <strong>de</strong> Z... permanece silenciosa. Z... es un patriotainvertido, cuya aversión por sí mismo y cuya ansia<strong>de</strong> autocastigo se han transformado en odio hacia supaís o hacia su clase social, y anhela el látigo que habrá<strong>de</strong> flagelarle.El <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> pertenencia:Es un axioma <strong>de</strong> la psiquiatría que nadie es perfectamentecuerdo. la diferencia entre una persona normaly un neurótico es sólo <strong>de</strong> matiz, no <strong>de</strong> calidad. Pero en<strong>de</strong>terminados períodos <strong>de</strong> la historia, el clima social ycultural favorece ciertas ten<strong>de</strong>ncias específicas hacia laneurosis y la aberración. En la edad <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> Grecia,la homosexualidad masculina era un fenómeno casi general.En los años <strong>de</strong> 1920 a 1930, la promiscuidad alcanzóproporciones sin prece<strong>de</strong>nte. la libido políticaestá sometida a altos y bajos similares, que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong>la relativa normalidad hasta las proximida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la locura.Hace ya bastante tiempo que estamos presenciandouna constante <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia hacia esta última.Las causas posibles <strong>de</strong> este proceso sólo pue<strong>de</strong>nmencionarse brevemente. Así como el impulso sexualsirve para perpetuar la especie , la libido política representala necesidad urgente en el individuo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificarsecon una i<strong>de</strong>a o con un grupo <strong>de</strong> valores que formanparte <strong>de</strong> una comunidad; en otras palabras, sunecesidad <strong>de</strong> "pertenencia ". Ambos instintos son humanos,aun cuando en el curso <strong>de</strong> los últimos <strong>de</strong>cenios laimportancia <strong>de</strong>l segundo se ha visto oscurecida por la insistenciacon que los freudianos se han <strong>de</strong>dicado a estudiarexclusivamente la primera.En la Edad Media, a pesar <strong>de</strong> las guerras, <strong>de</strong>l hambrey <strong>de</strong> las epi<strong>de</strong>mias, el hombre vivía en un universorelativamente estable. La formidable autoridad <strong>de</strong> laIglesia, la jerarquía petrificada <strong>de</strong>l Estado medieval, la feen la Provi<strong>de</strong>ncia y en la justicia divina daban a lasgentes un sentimiento <strong>de</strong> seguridad y <strong>de</strong> pertenencia.Después se produjeron una serie <strong>de</strong> movimientos sísmicos,que empezaron con el Renacimiento, continuaroncon la Reforma y culminaron en las revoluciones francesay rusa, que <strong>de</strong>formaron lenta, pero totalmente, lavisión que el hombre tenía <strong>de</strong> la sociedad y <strong>de</strong>l universo.La vida medieval se hallaba regulada por mandamientosindiscutibles, que terminaban todos con signos<strong>de</strong> admiración. Ahora, todos los signos han pasado a serinterrogaciones. Toda la tierra, que antes era el centroestable <strong>de</strong>l universo, se ha transformado en un laboratorioexperimental que se agita como un torbellino;los valores se han <strong>de</strong>rrumbado, los lazos se han aflojado,la líbido política <strong>de</strong>l hombre se ha <strong>de</strong>satado conlas ansias eróticas <strong>de</strong> un adolescente. Pero, hasta ahora,la busca <strong>de</strong> un nuevo or<strong>de</strong>n general y <strong>de</strong> un credo quecomprenda las relaciones que unen al hombre con eluniverso y con la sociedad, no ha dado ningún resultadopositivo. El hombre <strong>de</strong>l siglo XX es un neurótico político,que no encuentra una solución al problema <strong>de</strong>lsignificado <strong>de</strong> la vida , porque tanto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong>vista social como <strong>de</strong>l metafísico , ignora a dón<strong>de</strong> "pertenece".De acuerdo con estas circunstancias, un instintofrustrado pue<strong>de</strong> manifestarse bajo una gran variedad <strong>de</strong>formas y, a menudo, se encuentran en la misma personasignos contradictorios. La frustración y la <strong>de</strong>rrota prolongadaspue<strong>de</strong>n conducir hacia una atrofia <strong>de</strong>l instinto;el paciente se hace socialmente apático y sus <strong>de</strong>senga-NORTE/53

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