<strong>de</strong>l medio social es también máxima , y los ciudadanospue<strong>de</strong>n con máxima facilidad encontrar el rango y funciónmás a<strong>de</strong>cuados a su capacidad , y por lo tanto, porun lado , a su felicidad personal , y por otro, a su utilidadpara el Estado. A<strong>de</strong>más, la libertad <strong>de</strong> pensamiento, indispensable,como lo hemos visto, para el individuo, resultaser también indispensable para el Estado. Estopue<strong>de</strong> probarse tanto en política como en cultura. Enpolítica, porque el Estado tiene por fuerza que regirsecon arreglo a un conjunto <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as , que pudiéramos <strong>de</strong>signar,quizá pecando <strong>de</strong> excesiva solemnidad , como unafilosofía política o una verdad política ; ahora bien, laverdad política pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirse como la relación menosina<strong>de</strong>cuada posible en un tiempo dado entre lo que loshombres piensan y el ambiente que les ro<strong>de</strong>a . Esta <strong>de</strong>finiciónsugiere, por lo menos, dos argumentos en pro<strong>de</strong> la libertad <strong>de</strong> pensamiento como factor indispensablepara la colectivadad ; el primero es que esta relación, lamenos ina<strong>de</strong>cuada posible, ha <strong>de</strong> buscarse en cada momentoy por un proceso <strong>de</strong> readaptación continua, es<strong>de</strong>cir, por una especie <strong>de</strong> experiencia intelectual conti -nua, que implica libertad para investigar y libertad paracomunicar los resultados <strong>de</strong> la investigación ; la segundarazón es que lo que se busca es una verdad y un conocimientocolectivos tanto en su objeto como en susujeto ; la colectivadad es la que busca conocimiento,y el conocimiento que busca es el <strong>de</strong> la colectividad;por lo tanto, sin libertad <strong>de</strong> pensamiento no hay conocimientocolectivo, y sin conocimiento colectivo no haycolectividad.Existe todavía otro argumento que hace a la libertad<strong>de</strong> pensamiento indispensable para la colectividad porrazones políticas. Dos <strong>de</strong> las funciones más importantes<strong>de</strong> la colectividad son la crítica inteligente e informada<strong>de</strong> la actividad <strong>de</strong>l Estado y la selección <strong>de</strong> su personaldirector. Es apenas necesario insistir sobre la importancia<strong>de</strong>l pensamiento libre para que en un paísexista crítica seria, educada para sus <strong>de</strong>licadísimas funcionese informada con exactitud <strong>de</strong> lo que hace el Estado.Y si la libertad <strong>de</strong>. pensamiento es indispensablepara que haya crítica y para que tenga instrumentos <strong>de</strong>trabajo, ni que <strong>de</strong>cir tiene que sin ella la crítica no pue<strong>de</strong>actuar. Sin libertad <strong>de</strong> pensamiento, el Estado actúaen la oscuridad y en el vacío y tiene que <strong>de</strong>generar ala fuerza , por el efecto naturalmente corruptor que produceen el hombre el po<strong>de</strong>r sin trabas.Pero todavía es más importante para el Estado lalibertad <strong>de</strong> pensamiento en cuanto concierne a la formación<strong>de</strong> los directores que toda colectividad tiene queposeer. Sin libertad <strong>de</strong> pensamiento no hay opinión pública,ni estímulo para la vida colectiva, ni reflexión ydiscusión sobre asuntos <strong>de</strong>l Estado, ni hombres públicos.Este argumento en favor <strong>de</strong> la libertad <strong>de</strong> pensamientopor razones políticas lleva, naturalmente, a consi<strong>de</strong>rarla importancia que esta libertad tiene por razones<strong>de</strong> cultura . La cultura es el más alto <strong>de</strong> los fines <strong>de</strong>lEstado. La nación es el vaso en que se mol<strong>de</strong>a ciertaforma <strong>de</strong> vida colectiva, que mantiene el mínimo <strong>de</strong> continuidadnecesario para producir una cultura . La culturaes, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, para nosotros esencialmente individual.Sólo se encuentra en hombres concretos y como reflejo<strong>de</strong> ellos. Todos los valores que constituyen una culturase acumulan por continuidad nacional bajo las alas <strong>de</strong>lEstado; así hallan más fácil los hombres la adquisición<strong>de</strong> los primeros elementos <strong>de</strong> información, y por medio<strong>de</strong> la educación y <strong>de</strong> las influencias mo<strong>de</strong>ladoras <strong>de</strong>lhogar y <strong>de</strong> la urbe, la recepción <strong>de</strong> impresiones sociales,morales y estéticas, que son los indicios <strong>de</strong> la cultura.La creación y el mantenimiento <strong>de</strong> un ambiente propicioa la cultura son, por lo tanto, las funciones más importantes<strong>de</strong>l Estado. Es evi<strong>de</strong>nte que, para cumplirlas, elEstado tiene que asegurarse la colaboración libre y espontánea<strong>de</strong> los espíritus creadores <strong>de</strong>l país, y no esmenos evi<strong>de</strong>nte que tal colaboración sólo pue<strong>de</strong> obtenerseen un sistema <strong>de</strong> pensamiento libre, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>comunicación libre <strong>de</strong>l pensamiento y <strong>de</strong> respeto a laconciencia humana. Suele alegarse que libertad <strong>de</strong> pensamientono es más que libertad <strong>de</strong> error, y que lacultura es cosa <strong>de</strong> ciencia y <strong>de</strong> pensamiento rigurosoque pue<strong>de</strong> fácilmente hacerse sin libertad. La experienciaenseña que aquellos para quienes no hay más libertad<strong>de</strong> pensar que la <strong>de</strong> pensar el error, son precisamentelos que así piensan; y el sentido común indicaque, puesto que nadie está capacitado para <strong>de</strong>finir excathedra lo que es error y lo que es verdad, lo que escultura y lo que es discusión política, la única soluciónsatisfactoria <strong>de</strong>l problema está en la libertad <strong>de</strong>l pensamiento.Las relaciones entre las i<strong>de</strong>as políticas corrientesy los errores que entre ellas se <strong>de</strong>slizan con los frutosmás seguros y profundos <strong>de</strong> los espíritus selectos son<strong>de</strong>masiado numerosas y sutiles para que cualquier extrañointervenga autoritariamente, marcando la frontera contijeras y lápiz rojo. De aquí que en la práctica <strong>de</strong> las dictaduras,el severo índice que se ven obligadas a establecerexpulse siempre a un ostracismo mental a losespíritus nacionales más distinguidos , juntamente conlos más atrevidos polemistas . Esto aparte <strong>de</strong>l hecho, másdifícil <strong>de</strong> probar, pero no menos evi<strong>de</strong>nte para los buenosobservadores, <strong>de</strong> que la actividad mental terminapor agotarse en las jaulas, por doradas que sean. Será,pues, nuestra conclusión que la libertad <strong>de</strong> pensamientoes tan esencial para la vida <strong>de</strong>l Estado como para la <strong>de</strong>lindividuo.Resulta, por lo tanto, que, en cuanto a una proporciónconsi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong> la libertad, las necesida<strong>de</strong>s<strong>de</strong>l Estado y las <strong>de</strong>l individuo se hallan en perfectaarmonía. Esto es un hecho importante, porque conexcesiva frecuencia se arguye como si la relación entrelibertad y autoridad, que aquí hemos <strong>de</strong>scrito cautelosamentecon el término <strong>de</strong> polaridad, fuera pura y sencillamenteantagonismo. Que, hasta cierto punto, tal antagonismoexiste, es cierto, como lo hemos <strong>de</strong> ver mása<strong>de</strong>lante; pero siempre queda que la ten<strong>de</strong>ncia a la liberta<strong>de</strong>n el individuo es favorable para el Estado en más<strong>de</strong> un aspecto <strong>de</strong> la vida colectiva.Tomado <strong>de</strong> Anarquía o Jerarquía, Aguilar. 1936.16/NORTE
Sénecaelretórico«Así podréis enten<strong>de</strong>r cuánto va <strong>de</strong>generando cadadía el ingenio, y no sé por qué fatal influjo <strong>de</strong> la naturalezava retrocediendo la elocuencia. Lo poco que losromanos pue<strong>de</strong>n oponer o anteponer a la insolente facundia<strong>de</strong> los griegos floreció en la época <strong>de</strong> Cicerón.Todos los ingenios que han dado luz a estos estudiosnacieron entonces. Después las cosas han ido cada día<strong>de</strong> mal en peor, ya por culpa <strong>de</strong> los tiempos, porquenada hay tan mortífero para el ingenio como la corrupción<strong>de</strong> costumbres, ya porque ha faltado todo premiopara un arte tan laudable, trasladándose toda la emulacióna las cosas torpes, únicas que granjean honores ydignida<strong>de</strong>s, o quizá por alguna oculta disposición <strong>de</strong>lhado, cuya maligna y perpetua ley en todas las cosashumanas quiere que, así que han llegádo a la perfección,<strong>de</strong>sciendan a lo ínfimo, todavía con más rapi<strong>de</strong>z queascendieron. Mirad cómo <strong>de</strong>genera torpemente el ingenio<strong>de</strong> esta disidiosa juventud, y cómo no vigilan en ningúntrabajo honesto. El sueño, el abandono, y, lo que espeor que el abandono y que el sueño, la industria aplicadaal mal, se han apo<strong>de</strong>rado en breve tiempo <strong>de</strong> losánimos. Sólo les halaga el afeminado estudio <strong>de</strong>l cantoy <strong>de</strong> la danza lasciva, y el rizar <strong>de</strong> mil modos los cabellos,y el dar a la voz inflexiones blandas y mujeriles, yel competir con las mujeres mismas en lo muelle y regalado<strong>de</strong>l cuerpo. Tal es la vida <strong>de</strong> nuestros adolescentes.¿Quién <strong>de</strong> vuestros contemporáneos pue<strong>de</strong> llamarse,no ya ingenioso, sino ni siquiera varón <strong>de</strong> veras? Lascivos,enervados, expugnadores <strong>de</strong> la honestidad ajena,negligentes <strong>de</strong> la propia, ¡no consientan los dioses queen tales manos caiga jamás la elocuencia ! Id y buscadun orador entre esos que no se muestran hombres sinoen la lujuria».Tomado <strong>de</strong>l Desarrollo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as estéticas en España.Ramón Menén<strong>de</strong>z Pelayo.NORTE/17