aproin32un promotor empieza a partir de un solar,es decir de un terreno ya apto parala edificación, por el que han pasadoya las correspondientes especulacionesprevias para su transformación ensolar, contribuyendo además con ello,al autoproclamarse promotores, entreellos el llamado G 14, a desprestigiarenormemente a la profesión.Con este panorama, una crisis financieradel tamaño de la que estamossufriendo, con empresas muydescapitalizadas y con un grado dedependencia casi absoluta de lasentidades financieras, el asunto esde una gravedad hasta ahora desconocida,muy superior a cualquier otracrisis anterior y de difícil salida.Así las cosas, y creo que conveníahacer esta introducción, el promotor, ami juicio, debe reconducir su actividadprofesional muy seriamente y saberaprovechar la circunstancia.La principal actividad del promotorno es la de aportar capital al proceso,ya sea ajeno o propio, sino sus conocimientossobre como, de un solar,llegar a un edificio de calidad, aptopara ser habitado y saber venderlo, yeso no lo ha perdido quien ha llegadorealmente a ser promotor inmobiliariopor conocimientos. Para mi, esees el verdadero punto de salida pararecuperar las empresas, ya que esosconocimientos no los tiene quien únicamenteaporta capital.Salvo para quienes estén fuertementecapitalizados, la promoción tradicional,en España, difícilmente volverá arepetirse, al menos en el corto y medioplazo, aunque de todas formas, todoello pasa por no pagar por el suelo repercusionessuperiores al 20%, sino,volveremos a las andadas.Si partimos de empresas poco capitalizadas,pero con ganas y conocimientossuficientes como para ser competitivosen el producto final puesto en elmercado, habrá que invertir el procesoseguido hasta ahora. Evidentemente,el dinero seguirá aportándolo el comprador,pero mucho más difícil a travésde una subrogación, ya que la entidadfinanciera, de golpe, ha prescindido deadelantarles la financiación a los promotores,de ahí que su mensaje sea yael de “sin cliente no hay dinero”, con loque se acabó el fabricar el producto ybuscar luego el cliente. Es necesario invertirel proceso, vender primero.Sin capital suficiente, habrá que integraral dueño del suelo en el proceso(hoy no se vende un solar), al igual queal arquitecto (hoy no hay quien encargueun proyecto), ofreciendo al compradorsobre el papel (proyecto), contodas las garantías y controles, al coste,incrementado con unos gastos de gestión(beneficio del promotor) viviendasde calidad, con las últimas tecnologías,listas para habitar, atractivas y con uncierto grado de personalización en funciónde necesidades. Con esa oferta pordelante, un comprador solvente (vuelvea haberlos) puede perfectamente ir a subanco, pedir un crédito de alrededor del80% del importe del precio de la vivienda,con ciertas garantías de obtenerlo,y pensar que en 18 meses, y teniendola oportunidad de controlar todo el proceso,dispondrá de una nueva vivienda,a precio de coste, a su medida y a sugusto. Una vez obtenido el compromisodel número de compradores que la promociónrequiere, la promoción, en esascondiciones, es perfectamente factiblede emprender para un buen profesionalresponsable y con todas las garantías.A mi juicio, ese es el desafío y laoportunidad.Finalmente, esperando ser perdonadopor esta especie de testamento, permitidme,a modo de despedida, el mencionaralgún recuerdo, formular apoyosy transmitir alguna observación, en elbien de una entidad como APROIN a laque siempre llevaré conmigo:En primer lugar, agradecer a FélixPiñón Ríos, el creador de la Asociacióny primer presidente durante losprimeros 8 años, un amigo de corazóncon quien inicié el reto de crearuna asociación de promotores inmobiliariosen 1993, un año difícil para laprofesión, a sus compañeros de JuntaRectora que tanto apoyaron aquellosinicios, al siguiente presidente, AngelGallego Esteban, a su Junta, y al actualpresidente Javier Garrido Valenzuela,y a todos los compañeros deJunta Rectora, para quien pido el másfirme apoyo y colaboración.A Luciano Abalde Martínez y MaríaSoler Abelenda, mis compañeros de todosestos años, casi mis hijos, con quieneshe compartido más tiempo que connadie en estos últimos 17 años, unasexcelentes personas, absolutamenterecomendables, con los que he vividosituaciones profesionales y personalesenriquecedoras. Siempre podrán contarconmigo, al igual que Carlos Coladas,nuestro buen asesor jurídico, excelenteprofesional, mejor amigo y ahora SecretarioTécnico de la Asociación.A mis amigos, Alfredo Estévez yMaría José Aparicio, mi único equipoen la confección de esta revista, conquien tras 12 años de prisas de últimahora, problemas de publicidad y grandessatisfacciones, hemos sido capacesde plantarnos en este número <strong>64</strong>,cuando nadie nos daba más allá de unpar de números. A todos los colaboradores,asesores, al apoyo de todos losanunciantes, sin los que evidentementeno hubiéramos conseguido nada ya los miembros del Jurado del premioAPROIN, amigos y colegas de la peñagastronómica “Petapao”.Agradecer también, de corazón,
33aproina todos los asociados y a las distintasJuntas Rectoras, el que a lo largode 63 números en los que he actuadocomo director de esta revista, almenos hasta mi marcha de APROIN,han dado siempre su apoyo, tanto ala revista como a sus contenidos, quesiempre ha estado abierta a todos, quesiempre han tenido el marchamo de lalibertad, de no someterse a presiones,del compromiso, de respeto hacia ladisparidad de criterios y de una independenciaque nos ha llevado al éxitode ser la revista de asociaciones depromotores, en toda España, que máspáginas edita en el año, con mayor éxitode publicidad y con una identificaciónde los lectores notablemente contrastada(sin ello no habría publicidad),y todo ello en los peores momentos denuestra historia reciente.Solo me queda velar porque todoesto se incremente incluso, la revistallegue al menos al centenar de númerospublicados y nunca se someta alas muchas presiones que seguiránSegún el PGOU del 93,para poder llevar a cabolo finalmente construidoen Finca do Conde, eranecesario ceder al Concelloel Pazo de Castrelos, algoque final y misteriosamente,nadie exigió.produciéndose para domesticarla,cuando su éxito, lo que la ha hecho llegarhasta aquí, es precisamente el nocasarse con nadie, opinar con firmezay valentía sin mentir nunca, ser fiel alos intereses de la profesión, velar pornuestras ciudades, por el marco en elque ejercemos nuestra actividad y portanto queremos, y ejercer de guardianade las buenas prácticas, denunciandosiempre a aquellos que olvidan el lugarque ocupan y la misión que se les haencomendado.En estos años he dicho muchas cosas,algunas subidas de tono, como enesta misma entrevista, compartidas pormuchos, otras no compartidas, algunashirientes, pero creo, sinceramente,que los destinatarios siempre se lohan merecido, para bien o para mal.De todas formas, si algún damnificadode mis criticas actuaba de buena fe, lepido disculpas, pues entre mis muchosdefectos está el de la incontinencia, lavehemencia y un cierto modo de ironíaque me cuesta retener cuando de algunacanallada se trata.Ciertamente, la revista de la Asociación,no ha sido nunca, hasta ahora,una revista políticamente correcta. Sinceramente,espero y deseo por el biende su subsistencia, por decencia y porla fortaleza de la Asociación, ahora queya no la dirijo, que siga sin serlo. Quedé siempre la cara a riesgo de que sela partan, pero que no se agache nunca,pues si ofreces la retaguardia, tudestino está clarísimo, al menos, esaes mi opinión.