Revista Llamas # 105

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Íi REVISTA LLAMAS
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Edhorial
TODOS VEREMOS EL ESPLENDOR DEL CIELO ...
51 ENTRAMOS AL JUEGO DE EQUILIBRAR LA TIERRA
¿Q ué pasa con los feraces y a la vez
sensibles elementos creados por Dios en la
naturaleza? Los cautJVadores bosques de la
Amazonia con su 1ndistmta fauna y colonda
flora en peligro de extinción. las apocaliptJcas
1nundac1ones, 1ncendros forestales y deshielos
polares que aumentan su devastación en el
mundo. Los termómetros se rompen a causa
del calentamiento global. Los insondables mares
alacenas acuiferas- elevan su temperatura. los
rlos, otrora cnstalinos. se desbordan, se secan. se
contaminan. se niegan a vivir. Lo mismo ocurre
en agos y agunas. Hay países que se preocupan y
hacen toda clase de esfuerzos por potabilizarlos,
ox1genarlos y rescatarlos. Pero eso no sucede
en algunas partes del mundo.
En esta ocasión. en nuestra portada de la
Ed,oón No. 105 de LLAMAS, qu,s,mos publicar
el conocido y popular juego infantil de la
Golosa o Rayuela y ubicar en cada una de sus
casillas -nueve- algunos de los eventos dañinos
que vulneran nuestro ambiente y en el que los
hombres estamos 1ncumendo, para así confirmar
que, realmente. con estas nocivas prácticas no
estamos convirtrendo a nuestro planeta en un
paraíso de única belleza. smo en un verdadero
infierno de muerte y andez.
¿Quién no lo habrá Jugado en su infancia
este entretenido pasatiempo/ Pero es que no
sólo es un entretenimiento Juvenil. Es más que
eso. DMdido en nueve casillas o escalas, nos
reíle¡a a cada uno de nosotros nuestras distintas
etapas de existencia Cuando nacemos en esta
tierra y comenzamos a recorrer cada pasa¡e de
nuestra V1da con sus expenencias buenas, malas.
tnstezas. alegrías. dificultades y todo lo que nos
exige caminar por este plano terrenal. para que
graoas a la suma de todas ellas convertimos
en seres más sensatos o más necios. según la
elecaón de V1C:la que deseemos llevar. de acuerdo
a nuestro hbre albedno. Un libre albedrio
que va acompañado del equilibno -grado de
d,licultad- e,og,do a cada iugador de a Golosa.
-qtnen salta con un solo pie-, sosteniéndose
en cada bnnco y arrastrando con destreza el
tejo -que representa su alma-, no pisando las
lineas prohibidas de la competencia, es decir.
no rompiendo reglas, para. finalmente, ganar
con un salto limpio la meta señalada -cielo o
infierno-. La diferencia entre hacemos hombres
más felices o infelices. como nosotros queramos.
La Golosa nos conduce a alcanzar ese paraiso
interior, haciéndonos conscientes que valemos
mucho y con voluntad férrea derrotar aquellas
actuaciones que nos alejan más de la tranquilidad
de conciencia y de la felicidad, para lo cual
todos fuimos creados. Esta voluntad férrea se
traduce en luchar. con la experiencia que nos
dan los saltos equivocados dados en nuestra vida.
brindándonos la oportunidad de repetir estos
mismos saltos pero con el equilibrio que nos
otorga el conocimiento diario del sufrimiento,
reconociendo, a la vez, que hay que esforzamos
por enmendar nuestras equivocaciones, corregirlas
y proseguir airosos el camino, rompiendo con
decisión los lazos que nos atrapan para siempre
en las fuerzas invisibles del mal. negándonos a
nosotros mismos la posibilidad de llegar a la meta
prometida. Para lograrlo debemos vencer nuestra
n~turaleza débil que nos aleJa del equilíbno del
tnunfo, la tranquilidad y la armonía, pasando a
ser : _sclavos de nosotros mismos y de nuestras
fragilidades humanas.
El Juego de la Golosa también se puede
aplicar a la Naturaleza. Los hombres por ruestro
egoí~, codicia, indiferencia e ignorancia, hemos
descuidado nuestra irrepetible Creación, coo
p_rácticas que. en si mismas. encierran destrucción.
La Golo.sa nos invita al juego de equilibrar
nuestro ambiente. Lo que hemos hecho mal
lo que hemos dejado de hacer por amor ~
nosotros mismos y a lo que nos rodea hacerlo
bien, desde ahora. Porque la Tierra, su dima.
con sus continuas alteraciones manifiestas. nos
está empujando a que, en la Golosa de la Vida,
demos los saltos correctos para que se recupere
su equi!ibrio natural original. ¡Debemos hacerlo
ahora! ¡Sin ahon-ar esfuerzos! Así sanaremos
nuestra castigada Creación y ésta agradec