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VOZ<br />
DEL LECTOR<br />
EL LUGAR DE LA PALABRA<br />
En esta edición publicamos dos interesantes respuestas que de algún modo surgen del diálogo con los textos publicados<br />
en el número anterior de Voz de <strong>la</strong> tribu, que estuvo dedicado a <strong>la</strong> literatura, el lugar de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra.<br />
En primer lugar, compartimos un ensayo sobre el lenguaje y <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra poética; y para cerrar esta edición, una<br />
estampa acerca del poeta y psicólogo Alejandro Chao, a quien recordamos a dos años de su asesinato.<br />
Marcha de <strong>la</strong> Dignidad. Fotografía de Aritz Mejía<br />
manecer en el<strong>la</strong> hasta que resolvieran el pliego de<br />
demandas de nuestra universidad.<br />
Una sensación de libertad, de dignidad, de<br />
congruencia y de razón se esparcía <strong>por</strong> aquel lugar<br />
donde, más allá del espacio que pisan los huaraches,<br />
al decir del doctor Alejandro Chao Barona,<br />
<strong>la</strong> universidad y, desde luego, los universitarios se<br />
mostraron vivos.<br />
Este P<strong>la</strong>ntón de <strong>la</strong> Dignidad mostraba fehacientemente<br />
que <strong>la</strong> universidad no es sólo el espacio<br />
físico y arquitectónico de <strong>la</strong> infraestructura<br />
que posee; este p<strong>la</strong>ntón demostró c<strong>la</strong>ramente<br />
que <strong>la</strong> universidad está donde estén los universitarios,<br />
donde se hallen los actos de los universitarios,<br />
donde se encuentren <strong>la</strong>s prácticas y<br />
convicciones; en fin, donde sea necesario y haya<br />
un ser humano que nos necesite. Este p<strong>la</strong>ntón<br />
era una herramienta que mostraba otra concepción<br />
de universidad. Una universidad comprometida<br />
con su pueblo, con los ciudadanos y con<br />
los valores éticos de una sociedad justa, democrática<br />
e incluyente.<br />
El P<strong>la</strong>ntón de <strong>la</strong> Dignidad era el espacio educativo<br />
que trasciende <strong>la</strong> educación bancaria, al decir<br />
de Paulo Freire; era y fue, el espacio de <strong>la</strong> educación<br />
como práctica de <strong>la</strong> libertad y, agrego, de <strong>la</strong><br />
dignidad.<br />
Asimismo, <strong>por</strong> primera vez fue muestra viva<br />
de que, en nuestra entidad, un rector, más allá<br />
del campus universitario, es capaz de colocar sus<br />
huaraches y pisar los terrenos de <strong>la</strong> zona intertidal<br />
que algunos creen <strong>la</strong> frontera infranqueable de <strong>la</strong><br />
universidad. Se insta<strong>la</strong>ron <strong>la</strong>s oficinas de Rectoría<br />
en P<strong>la</strong>za de Armas y ahí se recibió a quienes llegaron<br />
a brindar su solidaridad con el movimiento<br />
universitario de <strong>la</strong> dignidad, a diversas organizaciones,<br />
pueblos, ciudadanos, medios de comunicación.<br />
Se convirtió en un espacio que, a su vez,<br />
generó unidad de acción entre quienes acogieron<br />
a <strong>la</strong> UAEM como suya, a una universidad que, <strong>por</strong><br />
convicción, determina caminar junto a los ciudadanos<br />
de nuestra entidad, región y país.<br />
La Marcha y el P<strong>la</strong>ntón de <strong>la</strong> Dignidad, como<br />
herramientas de <strong>la</strong> universidad y de los universitarios,<br />
fueron también el instrumento que <strong>por</strong><br />
primera vez, en nuestro estado, convocó a un<br />
diálogo público y abierto con los poderes políticos<br />
para que, de cara a <strong>la</strong> sociedad, <strong>la</strong> comunidad<br />
expusiera sus ideas sin cortapisa. El gobierno<br />
de <strong>la</strong> Nueva Visión despreció y desperdició<br />
<strong>la</strong> o<strong>por</strong>tunidad de dialogar; el Poder Legis<strong>la</strong>tivo<br />
también <strong>la</strong> hizo a un <strong>la</strong>do, prefirieron únicamente<br />
posicionarse políticamente. En cambio,<br />
<strong>la</strong> universidad y el rector, de cara a <strong>la</strong> sociedad,<br />
explicaron, argumentaron y demostraron que <strong>la</strong><br />
verdad estaba del <strong>la</strong>do de los universitarios; demostraron<br />
que <strong>la</strong> mentira era el arte de <strong>la</strong> política<br />
del gobernador.<br />
Lo que se obtuvo de esta jornada épica fue<br />
más, mucho más, que los incumplidos compromisos<br />
de un gobierno; fue más allá de lo que <strong>por</strong><br />
derecho correspondía a <strong>la</strong> universidad y los universitarios.<br />
Lo logrado, tangible e intangible, contiene valores,<br />
experiencia, aprendizaje sobremanera. Se<br />
mostró nítidamente una visión de universidad<br />
democrática, transparente, participativa, viva, crítica,<br />
fundada científica y éticamente en sus actos<br />
y caminando al <strong>la</strong>do de nuestro pueblo, de sus luchas,<br />
aspiraciones y sueños. ❧<br />
Nosotros literatos que<br />
habitamos el lenguaje<br />
Mucho ha experimentado el hombre.<br />
A los celestiales, a muchos ha nombrado,<br />
desde que somos hab<strong>la</strong><br />
y podemos oír unos de otros.<br />
Friedrich Hölderlin<br />
El lenguaje impregna nuestra vida desde<br />
el nacimiento hasta <strong>la</strong> muerte, y nos da una experiencia<br />
original; él mismo es una experiencia<br />
originaria. Ya observaba Luis Villoro: “Cuando<br />
los griegos quisieron definir al ser humano, lo l<strong>la</strong>maron<br />
zoon lógon éjon; lo que, en su acepción primitiva,<br />
no significa ‘animal racional’, sino ‘animal<br />
provisto de <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra’” 1 . El lenguaje es fenómeno<br />
de <strong>la</strong> comunidad humana, ámbito de comunicabilidad<br />
y disputa, pero no en función principal denotativa,<br />
antes bien como efecto virtual. La forma<br />
más radical de esta aparición está en el decir de <strong>la</strong><br />
poesía. Paul Ce<strong>la</strong>n escribe: “Malecón,/ de sí<strong>la</strong>bas,<br />
color/ de mar, bien/ adentro en lo innominado”.<br />
El lenguaje es el acontecimiento que nos conduce<br />
hacia el mundo, hace posible el aparecer del mundo,<br />
en su poder creador del acontecer lingüístico<br />
que se muestra tanto en el hab<strong>la</strong> cotidiano como<br />
en el poético. Por lo que no hay un solo lenguaje<br />
para un mundo que contiene tantos mundos, que<br />
constantemente ensancha los límites de <strong>la</strong> experiencia,<br />
y en ese mismo movimiento crea un espacio<br />
y tiempo.<br />
Habrá que alejarse de <strong>la</strong> idea de que el ser humano<br />
es creador y dueño absoluto del lenguaje,<br />
y más bien verlo como algo que tiene un extraño<br />
poder sobre él. Al ser humano le es dado el lenguaje.<br />
Hölderlin escribe: “Para eso se le ha dado<br />
1<br />
Luis Villoro, “La significación del silencio”, Voz de <strong>la</strong> tribu,<br />
Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM),<br />
núm. 4, 2015, p. 8.<br />
al hombre el más peligroso de los bienes, el lenguaje”.<br />
La pa<strong>la</strong>bra es patrimonio del humano, sin<br />
embargo, el hombre y <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra se determinan recíprocamente.<br />
Por ello el lenguaje no es una obra<br />
hecha, sino una actividad que deviene, se trata de<br />
construir como también de cuidar. Heidegger dice<br />
que somos pa<strong>la</strong>bra-en-diálogo. Es decir, el lenguaje<br />
sostiene algo que somos, que nos es irreductible<br />
a <strong>la</strong> utilidad. No es algo que tenemos, sino<br />
algo que nos tiene. Heidegger dice: “El lenguaje<br />
es <strong>la</strong> <strong>casa</strong> del ser. En su morada habita el hombre.<br />
Los pensadores y poetas son los guardianes de esa<br />
morada” 2 . Así, pues, para Heidegger <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra es<br />
poesía, así como para Nietzsche el lenguaje tiene<br />
un origen metafórico 3 .<br />
Asimismo, Nietzsche consideró al arte como<br />
naturaleza del lenguaje metafórico. Lo interesante<br />
de él es que mantiene <strong>la</strong> visión estética de<br />
<strong>la</strong> realidad. Se está hab<strong>la</strong>ndo de <strong>la</strong> capacidad de<br />
generar nuevas formas. Los modos de decir y de<br />
hab<strong>la</strong>r no expresan más que re<strong>la</strong>ciones de figuración,<br />
<strong>por</strong> lo que el pensamiento está enraizado<br />
en el poetizar, es decir, pensar poetizando y<br />
poetizar pensando acontecen al mismo tiempo,<br />
mediante un nuevo lenguaje lleno de elementos<br />
rítmicos y metafóricos que expresan <strong>la</strong> sensibilidad.<br />
Y para pensar poetizando es necesario escuchar<br />
el cuerpo, donde los aparatos sensoriales<br />
seleccionan e interpretan el mundo refigurando.<br />
Así lo observó Klossowski al denominar “semiótica<br />
pulsional” a <strong>la</strong> reducción de <strong>la</strong> semiótica del<br />
intelecto a <strong>la</strong> semiótica de los instintos, <strong>la</strong> cual<br />
no tiene ninguna meta ni ningún sentido establecido.<br />
Recuperar el cuerpo con el fin de incor<strong>por</strong>ar<br />
<strong>la</strong>s capacidades sensibles para crear sentido con<br />
<strong>la</strong> otra “gramática del cuerpo”, permite experimentar<br />
<strong>la</strong> literatura de otro modo.<br />
2<br />
Heidegger, M. Carta sobre el humanismo, [trad. de Helena<br />
Cortés y Arturo Leyte], 4ª reimp., Alianza Editorial, Madrid,<br />
2000.<br />
3<br />
Cf. Nietzsche, Friedrich, Escritos sobre retórica, [edición y<br />
traducción de Luis E. de Santiago Guervós], Trotta, Madrid,<br />
2000.<br />
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