Socialismo%20y%20Estado.%20conferencia%20%281%29
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necesario que la Sociedad concentre, disponga y dirija todo: es necesario que someta<br />
todas las voluntades y todas las acciones a una regla, a un orden, a una disciplina.” 26 .<br />
Para Cabet la libertad la marca la naturaleza. Todo lo que no esta prohibido por<br />
la naturaleza es la libertad. Y esa libertad se tiene que plasmar en la defensa de la<br />
democracia y el comunismo: “¡No, no; solamente el comunismo y la Democracia, la<br />
perfecta Igualdad y la dicha, el orden y la Paz, son la libertad. La propiedad, la<br />
desigualdad, la miseria, no puede engendrar otra cosa que la opresión y la esclavitud!<br />
¡Todos los amigos de la libertad han de querer el comunismo!” 27 .<br />
Cabet, muy preocupado por la historia de la Revolución francesa, escribió varias<br />
páginas rescatando el que consideraba el acontecimiento más importante de la historia<br />
reciente.<br />
El comunismo de Cabet encontró un pequeño núcleo de defensores. En España<br />
se concentraron en Barcelona, mayoritariamente, y tuvo entre sus filas a prestigiosos<br />
personajes como el científico Narciso Monturiol o el urbanista Ildefonso Cerdá. Hay<br />
que tener en cuenta que tanto el fourierismo como el cabetianismo (también Owen,<br />
como veremos) influyó en el urbanismo, por establecer modelos de ciudades ideales que<br />
intentaron plasmar en la realidad.<br />
Joseph Dejacque y El Humanisferio<br />
De todas las utopías que se desarrollaron en el siglo XIX, que fueron varias, hay<br />
una que ha permanecido más ignorada y que pasa por ser la única utopía anarquista del<br />
momento. Su autor, un casi desconocido Joseph Dejacque (1821-1864), poeta y pintor<br />
de brocha gorda, imaginó en su libro una sociedad donde la completa igualdad se<br />
impondría por encima de otra cosa. Su libro, El Humanisferio, lo definió de la siguiente<br />
forma: “Este libro no es una obra literaria, es una obra infernal, es el clamor de un<br />
esclavo rebelde. (…). Este libro no esta escrito con tinta, sus páginas no son hojas de<br />
papel. Este libro es acero forjado en 8º y cargado de fulminato de ideas. Es un proyectil<br />
autoricida que disparo en cantidad de mil ejemplares sobre el pavimento de los<br />
civilizados. ¡Ojala vuelen lejos sus cascos y horaden mortalmente las filas apretadas de<br />
los prejuicios! ¡Ojala la vieja sociedad se desmorone hasta sus cimientos! (…) Es,<br />
además, un canto de victoria, una salva triunfal, la proclamación de la soberanía<br />
individual, el advenimiento de la libertad universal; es la amnistía plena y completa de<br />
las penas autoritarias del pasado por decreto anárquico del humanitario Porvenir.<br />
¡Este libro destila odio y destila amor!” 28 .<br />
Dejacque encontró muchos problemas para poder publicar la obra, inclusive en<br />
algunos medios anarquistas. Su muerte prematura dejó su obra en su segundo plano y<br />
las teorías socialistas no se hicieron mucho eco de ella. Incluso Jean Grave eliminó<br />
algunos párrafos de la misma en la reedición de 1899, por considerarlo excesivamente<br />
violento. No por ello deja de ser importante.<br />
La importancia de Dejacque parte de su propia experiencia. Había vivido la<br />
revolución de 1848, había viajado a Nueva Orleans donde vio de cerca el trato que se le<br />
daba a los negros y la esclavitud, etc. En Nueva York intento extender el concepto<br />
socialista del anarquismo y se hacía deudor de las teoría de Proudhon (que veremos a<br />
continuación). Admiraba también en su época al socialista Coeurderoy, autor de varias<br />
obras que había pasado del radicalismo republicano al socialismo antiautoritario.<br />
26<br />
Ídem. Pág. 93<br />
27<br />
Ídem. Pág. 95<br />
28<br />
Joseph Dejacque. El Humanisferio. Utopía anárquica, Ediciones Tuero, Madrid, 1990. Págs. 13-14