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Socialismo%20y%20Estado.%20conferencia%20%281%29

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El fracaso de la conquista del sufragio hizo que una gran parte de la clase obrera<br />

comenzará a tener una gran desconfianza en la política parlamentaria, surgiendo un<br />

movimiento de carácter antiparlamentario y sindical. Los sindicatos consideraron la<br />

táctica electoral como algo engañoso e hicieron una defensa de la huelga general y del<br />

cooperativismo como armas de la clase obrera. Los trabajadores comenzaron a defender<br />

en las páginas de sus medios la conversión del Parlamento en una Cámara de<br />

Trabajadores y defendían la creación de consejos obreros. El objetivo prioritario de este<br />

primer movimiento obrero era la supresión del capitalismo y buscar medidas de<br />

beneficio para la clase obrera 41 .<br />

Esta situación hizo reaccionar a los sectores más acomodados de la sociedad que<br />

vieron en ese movimiento obrero un peligro para su propia estructura social. Una parte<br />

importante del movimiento obrero, recuperado de las derrotas anteriores, recondujo las<br />

reivindicaciones y conformó un nuevo movimiento de carácter socialista o socializante<br />

con el nombre de cartismo.<br />

Este movimiento obrero redactó, entre 1837-1838, una Carta (de ahí el nombre<br />

de cartismo) con seis puntos básicos:<br />

1. Instauración del sufragio universal<br />

2. Igualdad de los distritos electorales<br />

3. Supresión del censo exigido para candidatos al Parlamento<br />

4. Elecciones anuales<br />

5. Voto secreto<br />

6. Indemnización a los miembros del Parlamento 42 .<br />

El cartismo, que convenció a una parte del movimiento obrero, se fue<br />

convirtiendo paulatinamente en un movimiento de masas. Pero ante la imposibilidad<br />

legal de crear una asociación de carácter nacional (las leyes lo prohibían) y tan solo<br />

poder organizarse a nivel local, el cartismo se dividió entre el grupo que consideraba<br />

una organización clandestina e incluso una insurrección armada para conseguir sus fines<br />

y aquellos que eran partidarios de un procedimiento de educación y trabajo político para<br />

conquistar todos los puntos expuestos.<br />

Igualmente posteriores valoraciones consideran que el punto débil el cartismo<br />

fue no tener un liderazgo consolidado. Tan solo la figura de Feargus O’Connor (1798-<br />

1855) y las páginas del periódico The Norhern Star formaron parte de la propaganda<br />

cartista. En 1848, cuando las revoluciones asomaban a Europa en la llamada Primavera<br />

de los Pueblos el cartismo se había diluido.<br />

Pero su existencia, lo mismo que los movimientos anteriores como los ludditas y<br />

los pensadores socialistas, así como informes de algunos parlamentarios, fueron clave<br />

para entender leyes como la protección del trabajo de los niños de 1833, la Ley al<br />

trabajo de mujeres y niños en fábricas de 1842, la jornada de 10 horas de 1847, la ley de<br />

prensa de 1836, la reforma del código penal en 1837, al ley de supresión de derechos<br />

sobre granos de 1844 o la ley de asociaciones políticas de 1846. El sufragio universal no<br />

se alcanzó hasta 1918. También hay que destacar el enorme trabajo desarrollado por<br />

reformadores como Piercy Ravenstone o Thomas Hogskin. Así como a Coleridge,<br />

Southey o Shelley, autor un poema con el título Canto a los hombres de Inglaterra, un<br />

alegato contra la esclavitud y a favor de la insurrección 43<br />

Igualmente el cartismo formó parte del ideario de personajes tan dispares como<br />

John Stuart Mill, Benjamin Disraelí, Robert Carlyle o John Ruskin.<br />

41<br />

Max Beer. Op. Cit, pág. 270<br />

42<br />

José A. Piqueras. El movimiento obrero, Anaya, Madrid, 1997<br />

43<br />

François Bedarida. Op. Cit., Pág. 416

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