12.05.2017 Views

Valerie Tasso. Diario de una ninfómana

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

produce malestar. Parece feliz y a gusto con este baile provocador para un público<br />

<strong>de</strong> tres personas. Se acerca un poco a Boris y le susurra algo al oído.<br />

—¿Qué dice? —pregunto espontáneamente.<br />

—Dice que eres muy bonita y que le encantan tus pendientes —me explica Boris,<br />

tomándose un trago.<br />

Me siento aún peor y agacho la cabeza, como si eso me ayudase a <strong>de</strong>saparecer.<br />

Cuando me digno a mirar <strong>de</strong> nuevo la escena, Yana ya está sentada encima <strong>de</strong><br />

Boris y le está provocando con el movimiento <strong>de</strong> su pecho <strong>de</strong>snudo y redondo en<br />

plena cara. Sólo lleva un tanga ver<strong>de</strong> fluorescente. Giovanni se levanta y apaga<br />

las luces <strong>de</strong> la dacha. Yo sólo miro los movimientos <strong>de</strong>senfrenados <strong>de</strong> esta<br />

pequeña V ver<strong>de</strong> que parpa<strong>de</strong>a, y me siento mareada. Cojo a mi amante por la<br />

mano y le llevo hasta la escalera que conduce a la habitación. Allí hacemos el<br />

amor al son <strong>de</strong> los gritos <strong>de</strong> Yana y, a la mañana siguiente, bajo con mucho pudor<br />

y me encuentro a la princesa completamente <strong>de</strong>snuda y dormida sobre el sofá <strong>de</strong>l<br />

salón. Vuelvo a subir la escalera, casi corriendo, pero con sumo cuidado para no<br />

hacer ruido, y <strong>una</strong> vez en la habitación, sin aliento, empiezo a buscarlos ansiosa.<br />

¿Dón<strong>de</strong> los he <strong>de</strong>jado? Debajo <strong>de</strong> la cama, al lado <strong>de</strong> los zapatos, están tirados.<br />

Los cojo, asegurándome <strong>de</strong> que Giovanni sigue profundamente dormido, bajo otra<br />

vez la escalera y busco el bolso <strong>de</strong> Yana. Ni me atrevo a tocarlo. Sólo abro la<br />

cremallera y en un bolsillo interior, <strong>de</strong>posito mis pendientes.<br />

15 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1999<br />

El esmalte blanco ha saltado en muchos rincones <strong>de</strong> la bañera, y el mango <strong>de</strong> la<br />

ducha está completamente oxidado. No hay agua caliente, o sólo a ratos, pero<br />

nunca a la hora a la cual Giovanni y yo nos duchamos. No queda más remedio<br />

que apañarnos así. Pongo <strong>una</strong> mueca <strong>de</strong> <strong>de</strong>sagrado cuando, esta mañana, el<br />

chorro <strong>de</strong> agua helada toca mi piel. Giovanni me está mirando, divertido, con el<br />

cepillo <strong>de</strong> dientes en la boca, y la espuma <strong>de</strong> la pasta blanquísima a punto <strong>de</strong><br />

recubrir sus labios rosados. Me fricciono rápidamente con el jabón que hemos<br />

comprado en Europa (el jabón ucraniano tiene un color sospechoso, huele mal y<br />

es como <strong>una</strong> piedra, hasta tal punto que, al verlo, he exclamado: «Mira, ¡pero si es<br />

<strong>una</strong> piedra pómez!») y salto <strong>de</strong> la ducha, con restos <strong>de</strong> jabón, buscando un rincón<br />

<strong>de</strong>l suelo que parezca más o menos limpio. Giovanni tiene que retenerme para<br />

que no me caiga con el pompis directamente contra el suelo frío. Y acabamos<br />

riéndonos a carcajadas. Es nuestra lujosa vida. Boris se asea abajo, en un<br />

pequeño cuarto <strong>de</strong> baño que sólo tiene un lavabo, pero que le conviene<br />

www.LeerLibrosOnline.net

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!