12.05.2017 Views

Valerie Tasso. Diario de una ninfómana

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Nos <strong>de</strong>spedimos con <strong>una</strong> sonrisa y subo a casa. Estoy cansada <strong>de</strong>l viaje pero a la<br />

vez, vuelvo a tener la adrenalina a tope. Felipe me ha picado la curiosidad, y <strong>una</strong><br />

cierta euforia embarga todo mi cuerpo.<br />

Intento <strong>de</strong>scansar un poco, y a mitad <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> me voy al <strong>de</strong>spacho con ganas<br />

<strong>de</strong> comerme el mundo.<br />

Andrés ya me está esperando, sentado en su trono <strong>de</strong> rey, ansioso por conocer<br />

los <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> mis visitas. Charlo un rato con mis compañeros y, entusiasmada<br />

por ver a mí jefe, pues a pesar <strong>de</strong> todo me cae bien, llamo a su puerta<br />

enérgicamente.<br />

—¡Pasa, hijita!<br />

Cada vez que vuelvo <strong>de</strong> un viaje, Andrés se levanta y me da dos besos. Es <strong>una</strong><br />

costumbre y también la única ocasión en la que puedo apreciar en él cierta ternura<br />

que suele disimular a toda costa. Las <strong>de</strong>más veces, es el hombre más frío que he<br />

conocido jamás. En esta ocasión no me abraza, y me quedo instintivamente con la<br />

mejilla tendida hacia él, ridicula.<br />

El ambiente está cargado, aunque Andrés está visiblemente contento <strong>de</strong> verme.<br />

—Hola, Andrés —le digo, optando ya por sentarme—. Aquí estoy, con unos<br />

cuantos contratos, pero Prinsa se lo tiene que pensar todavía.<br />

—Se te ve cansada, hijita. ¿Has tenido un buen viaje? —me pregunta preocupado,<br />

mientras hojea los informes que le acabo <strong>de</strong> entregar.<br />

—Más o menos. Tantas horas en un avión, más el jet lag, acaban con cualquiera.<br />

Pero no te preocupes, estoy muy bien. ¿Qué te parece el trabajo?<br />

—Está bien, hijita. Ya insistiremos con Prinsa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí.<br />

—¿Y para cuándo el próximo viaje? —mientras formulo la pregunta, me doy<br />

cuenta <strong>de</strong> que acabo <strong>de</strong> poner el <strong>de</strong>do en la llaga.<br />

Andrés <strong>de</strong>ja a un lado los papeles que tiene en las manos, coge su cua<strong>de</strong>rno <strong>de</strong><br />

dibujos neuróticos, y empieza a esbozar cuadrados en tres dimensiones cuyos<br />

lados va coloreando con el lápiz. Se quita las gafas, y, no sé por qué, ese gesto<br />

tan familiar me hace intuir que va a anunciarme algo malo. Tiene los ojos<br />

cansados y unos pliegues enormes cuelgan <strong>de</strong> ellos.<br />

Todo el mundo en la oficina lo sabe ya, pero nadie me ha dicho nada. Me siento<br />

<strong>de</strong> repente como <strong>una</strong> esposa cuyo marido le va poniendo los cuernos, y siempre<br />

es la última en enterarse.<br />

www.LeerLibrosOnline.net

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!