You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Vuelvo a casa tar<strong>de</strong>, y cuando abro la puerta me doy cuenta <strong>de</strong> que Jaime ya ha<br />
regresado, porque la cerradura ya no tiene las dos vueltas que le he dado por la<br />
mañana. Me pongo a temblar pensando en lo que me está esperando.<br />
La puerta <strong>de</strong> la cocina se encuentra justo a la izquierda <strong>de</strong> la <strong>de</strong> la entrada así<br />
que, cuando paso el umbral, veo que todo está recogido y limpio.<br />
Jaime sale <strong>de</strong>l salón con un ramo <strong>de</strong> rosas enormes en los brazos y al verle con<br />
cara <strong>de</strong> arrepentido, me tiro literalmente a su cuello llorando.<br />
—¡Lo siento tanto! —me dice.<br />
Y me tien<strong>de</strong> el ramo <strong>de</strong> rosas. Estoy llorando, por el estupor <strong>de</strong> seguir sin enten<strong>de</strong>r<br />
nada y por la felicidad <strong>de</strong> verle con remordimientos.<br />
—Es igual, Jaime —le digo entre sollozos—. Supongo que tienes problemas y no<br />
quieres contármelos.<br />
—SI, es cierto que tengo problemas. Y no te los quería contar para no<br />
preocuparte. Pero veo que te estoy haciendo daño. Así que te lo voy a contar todo.<br />
Me lleva <strong>de</strong> la mano al salón y nos sentamos el uno frente al otro, lo cual me<br />
parece un presagio <strong>de</strong> que algo grave está pasando.<br />
—Hay cosas <strong>de</strong> las cuales uno no se enorgullece, por eso no las cuenta. Pensaba<br />
que lo podía arreglar solo, pero veo que me está afectando.<br />
Y empieza a explicarme su situación económica, que le supone <strong>una</strong> lucha diaria.<br />
Me comenta que ha contraído <strong>de</strong>udas por culpa <strong>de</strong> Joaquín, su socio, quien pidió<br />
un préstamo al banco unos meses atrás por el cual Jaime le ha avalado. Pero<br />
Joaquín ha <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> pagar al banco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace <strong>una</strong> temporada y le están<br />
reclamando a Jaime el dinero. Debe todavía unos cinco millones <strong>de</strong> pesetas y,<br />
aunque Jaime mueve gran cantidad <strong>de</strong> dinero cada mes, no ha podido reunir tal<br />
importe y están a punto <strong>de</strong> embargarle su chalé <strong>de</strong> Madrid.<br />
—Me van a embargar lo que conseguí con tanto trabajo y sudor. Lo que pagué<br />
durante años y años y eso, ¡por culpa <strong>de</strong> mi socio!<br />
No doy crédito a lo que me está contando. Pero, por otra parte, hay tanta<br />
sinceridad en él, y tanto dolor, que no cuestiono la verosimilitud <strong>de</strong> los hechos.<br />
—¿Y por qué has avalado a Joaquín? —pregunto tímidamente.<br />
—¿Cómo no iba a hacer eso por él? Aparte <strong>de</strong> ser socios, somos amigos, Val,<br />
¿compren<strong>de</strong>s? Al menos, es lo que creía hasta ahora. ¿No harías tú lo mismo por<br />
www.LeerLibrosOnline.net