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—Vale. Gracias <strong>de</strong> nuevo. Y cruzo la calle.<br />
25 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1997<br />
Me he pasado por la oficina <strong>de</strong> Felipe para ver el dossier <strong>de</strong> prensa. La redacción<br />
que ha hecho al inglés es tan mala que hay que volver a escribirlo por completo y<br />
se lo comento sin contemplaciones.<br />
—Tienes que empezar <strong>de</strong> nuevo. Te lo puedo redactar si quieres, con tu ayuda.<br />
Pero no pue<strong>de</strong>s mandar eso. Está lleno <strong>de</strong> barbarismos y faltas <strong>de</strong> ortografía.<br />
Felipe se ha molestado. Hay que recalcar que no he utilizado guantes para <strong>de</strong>cirle<br />
las cosas como son.<br />
Al final, me he ido <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que Felipe me dijese que por quién le he tomado. El<br />
asunto ha acabado en discusión y me he jurado que no volvería a ver a ese<br />
<strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cido nunca más en la vida.<br />
Por la tar<strong>de</strong>, Sonia me llama asegurándome que ha encontrado a su alma gemela:<br />
un músico guapísimo <strong>de</strong> veintitrés años con el que se topó <strong>de</strong> la forma más<br />
inesperada. En el metro, cuando salía <strong>de</strong>l trabajo. Se le cayó el violín encima <strong>de</strong><br />
sus pies, y ella le ayudó a levantarlo. Luego, iniciaron <strong>una</strong> conversación sobre<br />
música y le dio unos pases para ir a verle a un concierto.<br />
—¿Ves?, ya te había dicho que cuando menos te lo esperas, encuentras a<br />
alguien. Pero tiene que ser si no lo buscas <strong>de</strong>sesperadamente. Cuando vas como<br />
<strong>una</strong> loca pidiendo a gritos que se enamoren <strong>de</strong> ti, los hombres se van corriendo.<br />
Me ha dado la razón. Pero ahora me encuentro sin amante y sin amiga, ya que<br />
Sonia ha <strong>de</strong>cidido pasar la mayoría <strong>de</strong>l tiempo arrullada a su tórtolo. Y yo sigo<br />
con<strong>de</strong>nada a diluir mi luci<strong>de</strong>z en los encuentros esporádicos.<br />
Duermo con mi enemigo<br />
Hay amores que matan<br />
Lo peor que le pue<strong>de</strong> pasar a uno en la vida es que tenga a su más feroz y peor<br />
enemigo metido en casa, sin saberlo.<br />
Mi aburrimiento por tener <strong>una</strong> vida sexual <strong>de</strong>scabellada, pasando <strong>de</strong> <strong>una</strong> cama a<br />
otra, para luego estar <strong>una</strong> temporada completamente sola, me pesaba en el fondo.<br />
No es que quisiera encontrar al amor <strong>de</strong> mi vida y cambiar <strong>de</strong> la noche a la<br />
mañana, pero sí me apetecía encontrar a alguien especial que me hiciera vibrar <strong>de</strong><br />
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