20.05.2017 Views

REVISTA MUNDO PLURAL NRO 9

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Él<br />

Me invitaron a un cumpleaños campestre. El día está soleado, hermoso.<br />

Muchísima gente, no conozco a la mayoría. Mi mirada está en busca de algún conocido,<br />

cuando me topo con él. Está allí recostado sobre un verde esmeralda que hace<br />

resaltar más su hermoso color dorado. Nadie ha reparado aún en él. Todos charlan<br />

y saborean pequeños bocadillos. Me dirijo, decidida, hacia aquél qué ha llamado mi<br />

atención. Se me cruza un mozo insulso e insistente que me ofrece o mejor dicho<br />

me quiere obligar a que acepte uno de esos diminutos bocadillos de quien sabe<br />

qué. La verdad me dijo de que eran pero mis pensamientos están puestos en aquel<br />

ser, aquel cuerpo dorado casi brillante que “me espera” a unos 10 metros. Me saco<br />

de encima al mozo y recomienzo la marcha. Se me aparece de golpe, de la nada, la<br />

esposa del cumpleañero. Con su mejor estúpida sonrisa me pregunta por la familia,<br />

si estoy cómoda, si necesito algo. Sí, necesito ir hacia el lugar de mis deseos, pero<br />

no puedo decírselo. Con una sonrisa falsa, le digo que todo está bien, le agradezco<br />

su preocupación y le miento diciéndole que creo haber oído a su marido que la está<br />

llamando. Ella, con cara de no haberme creído mucho, se marcha en busca de su<br />

amorcito. ¡No quiero que se me aparezca nadie más! Quiero llegar a mi meta. Me<br />

faltan menos de dos metros. Mi corazón comienza a palpitar, ya puedo sentir su<br />

aroma enloquecedor. Miro hacia todos lados. No quiero que nadie me lo robe. Ya<br />

estoy delante de él. No me importa si me ven, no puedo controlar la tentación.<br />

Comienzo a acariciar suavemente su muslo derecho con las yemas de mis dedos.<br />

Entrecierro los ojos, un cosquilleo de placer recorre todo mi cuerpo. Escucho personas<br />

que se acercan. No, no me lo van a quitar, es mío. Me inclino y con toda mi<br />

mano tomo bruscamente su muslo, lo arranco y lo llevo hacia mi boca ávida. Mis<br />

labios lujuriosos lo rozan ¡Ay qué delicia! ¡Qué bueno que está este pollito!<br />

Carmen Terrezza<br />

Escritora

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!