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Días de locura<br />
El intendente de la localidad de Cabañitas, Argentina, incautó un gran cargamento<br />
de marihuana con destino incierto. Los narcotraficantes quedaron a disposición de<br />
la fiscalía. La quema de unas tres toneladas del psicotrópico, más 2,5 kilos de metanfetamina<br />
cristalina y 3.000 pastillas entre éxtasis y heroína, se realizó el día domingo<br />
24, del mes de marzo, a unos dos kilómetros de dicha localidad. Lamentablemente<br />
una inusual ráfaga de viento arrojó el humo sobre la desprevenida urbe, que<br />
sin máscaras, padeció diferentes niveles de intoxicación. Las primeras personas<br />
afectadas fueron tratadas en los centros asistenciales por mareos, dolor de cabeza,<br />
desorientación, paranoia, delirio, cambios en la percepción, alucinaciones y desinhibición.<br />
Esto último dio como resultado un aumento de sociabilidad. A medida que<br />
pasaban las horas la situación empeoraba.<br />
Al día siguiente hubo cincuenta y tres casamientos. Lo inusual del hecho fue<br />
que la mayoría se realizó entre desconocidos. Los jueces, narcotizados también,<br />
firmaron las actas y las libretas con dibujos alusivos: corazones, florcitas, moños y<br />
flechas de cupido.<br />
A raíz de riñas callejeras, varios heridos por balas y laceraciones con armas<br />
blancas, fueron derivados al hospital. Entre risas y llantos, los médicos trataron de<br />
pegar con Plasticola y cinta adhesiva la piel dañada.<br />
Se iniciaron demandas de divorcios por razones cuestionables. Algunas de<br />
ellas empezaban con frases como:<br />
"Mientras manteníamos una relación sexual, mi mujer, que no paraba de<br />
reírse, me dijo que de todos los hombres que conoció, soy el peor amante y que<br />
tengo una cosita que ni se ve".<br />
"Mi marido confesó que se casó conmigo por despecho, porque el que le<br />
gustaba era mi primo, y que yo me parecía mucho a él, sobre todo por lo peluda".<br />
"Mi mujer echó a la calle a mi mamá porque dice que soy un<br />
'pollerudo de mamita'. ¡Además la casa es de mi santa madre!"<br />
"Mi marido invitó a las vecinas a una orgía, pero se enojó cuando yo invité a<br />
mis vecinos. O la hacemos con todos o nos separamos, lo justo es justo", le dije.<br />
También hubo hombres que se arrojaban de sus terrazas diciendo que podían<br />
volar como Superman. Otros ponían chicle en sus manos para trepar por los<br />
muros como el Hombre Araña. La mayoría sólo resultó con heridas de cierta consideración.<br />
Las más comunes fueron huesos rotos y ánimos caídos.