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al montón de pobres víctimas.<br />
MALCOLM<br />
¡Cielos clementes! –<br />
Vamos, no tires del sombrero hacia los ojos.<br />
Expresa tus penas: dolor que te guardes<br />
musita a tu pecho y le pide que estalle.<br />
MACDUFF<br />
¿Mis hijos también?<br />
ROSS<br />
Esposa, hijos, servidumbre,<br />
todos los que hallaron.<br />
MACDUFF<br />
¡Y yo tan lejos! - ¿Mataron a mi esposa?<br />
ROSS<br />
Ya lo he dicho.<br />
MALCOLM<br />
Consuélate. Nuestra gran venganza<br />
será la medicina que cure este dolor.<br />
MACDUFF<br />
Él no tiene hijos. ¿Todos mis pequeños?<br />
¿Has dicho todos? ¡Buitre del infierno! ¿Todos?<br />
¿Todos mis polluelos con su madre<br />
de un cruel zarpazo?<br />
MALCOLM<br />
Afróntalo como un hombre.<br />
MACDUFF<br />
Así lo haré, mas también debo sentirlo<br />
como un hombre. No puedo olvidar que existían<br />
unos seres que me eran tan queridos.<br />
¿El cielo fue testigo y no los defendió?<br />
Macduff pecador, murieron por tu culpa.<br />
Malvado de mí, no por sus ofensas,<br />
sino por las mías, la muerte cayó sobre sus almas.<br />
El cielo les dé paz.<br />
MALCOLM<br />
Afila tu espada en tu dolor. Tu pena<br />
se convierta en rabia y no te embote el ánimo:<br />
que te lo irrite.<br />
MACDUFF<br />
¡Ah, podría llorar como mujer y bramar<br />
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