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demuestra que un ulterior factor es necesario para el e::ito. Y
ello es que el fondo debe considerarse a si mismo como una activa
instituci6n de desarrollo, y ofrecer ai pequeho empresario,
capacitaci6n y consultoria sobre administraci6n de empresas y
producci6n. Esto logra una reducci6n del riesgo y de los costos
administrativos.
Los factores anteriormente mencionados de una pobre politica
bancaria de financiamiento de la pequefia empresa, pueden ser
superado, s6lo si se logra convencer a banqueros progresistas con
dos argumentos:
a) La pequefia empresa posee un importante potencial de clientela
futura.
b) El banco deberia dar una activa contribuci6n al desarrollo
nagional, mejorando las condiciones bisicas financieras de una
parte social, politico y economicamente importante de la
poblaci6n, que es aquella del pequefio empresario, y a trav6s de
esto contribuir a la formaci6n de una sana estructura econ6mica.
Existe un motivo de esperanza; pero convencer y construir con los
.bancos es tedioso y penoso. Sin embargo, ello puede tener 6xito.
El fondo de garantia ofrece un consistente y duradero contributo
al desarrollo integrado en el sistema financiero. Cubre, por
ejemplo, el 50% de los cr~ditos con la garantia, de manera que
puede movilizar el doble en voluen de cr~dito. Por consiguiente
el indice del multiplicador es de 2. En un principio el instituto
de cr6dito solicita que cada garantia tenga en el fondo una igual
contrapartida en valor monetario. Esto significa que no se puede