17.02.2019 Views

Antología concurso Ángel Ganivet 2018

Primera Edición: febrero 2019 Textos: Hugo Gastón Irigaray, Francisco J. Jariego, José Ignacio Ceberio Sainz de Rozas, Adriana Silvia Vaninetti, Pablo Loperena López, William Antonio Argüello Bernal, Jesús Carlos Ruiz Suárez, Javier Álvarez, Adolfo Eloy Villafuerte Caicedo, Mercedes Duarte Alvarado, Benito Pastoriza Iyodo, Mar Correa , José Manuel Fernández Argüelles, Anahí Almasia, Mariana Sández, Eduardo Fernán-López, Juan Ángel Cabaleiro, Jorge Rafael Castagna, Cintia Mannocchi, Estefanía Bernabé Sánchez y Salomé Guadalupe Ingelmo.

Primera Edición: febrero 2019

Textos:
Hugo Gastón Irigaray, Francisco J. Jariego, José Ignacio Ceberio Sainz de Rozas, Adriana Silvia Vaninetti, Pablo Loperena López, William Antonio Argüello Bernal, Jesús Carlos Ruiz Suárez, Javier Álvarez, Adolfo Eloy Villafuerte Caicedo, Mercedes Duarte Alvarado, Benito Pastoriza Iyodo, Mar Correa , José Manuel Fernández Argüelles, Anahí Almasia, Mariana Sández, Eduardo Fernán-López, Juan Ángel Cabaleiro, Jorge Rafael Castagna, Cintia Mannocchi, Estefanía Bernabé Sánchez y Salomé Guadalupe Ingelmo.

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

══════════════════════════════════════════════════<br />

Robert aprovechó la distracción, se colocó su sombrero de alas anchas que<br />

desentonaba bastante con su chaleco de raso —todo en Robert era de un extraño<br />

sincretismo— y enfiló apurado hacia la puerta sin suerte: el mal tino y los nervios lo<br />

hicieron tropezar con un par de botas olorosas que un gaucho dejó antes reposar junto a<br />

su mesa para “descansar los pieses”. Todas las miradas se volvieron hacia el gringo en<br />

el mismo instante que Jesús, un chasque aficionado a las carreras, dijo entre carcajadas<br />

socarronas: “¡Y éste es el que nos llama borrachos!”. Las risas hicieron retumbar<br />

nuevamente la decena de botellas que descansaba sobre la repisa desvencijada de la<br />

pulpería. Jesús no se detuvo allí:<br />

—Vi que tiene uste’ un alazán nevado muy lindo. Ya que uste’ dice estar tan<br />

fresco y nosotros tan borrachos, se lo juego a una carrera por mi tordillo ¿Qué me<br />

contesta?<br />

Robert se sabía diestro en la monta, todavía más que el mensajero; pero no<br />

estaba dispuesto a ganar y llevarse la herramienta de trabajo del hombre, ganándose así<br />

la antipatía de toda la paisanada, que lo odiaría por tener dinero y codicia. Entonces hizo<br />

otra oferta:<br />

—Quiero mucho a mi caballo; es el único que me acompaña aquí. Ofrezco,<br />

mejor, bebida. Mucha bebida para todos. Y si gano, me quedo con su apero —dijo<br />

Robert señalando a la cabalgadura del muchacho, maltrecha por tantos viajes, y<br />

conociendo a la perfección el escaso valor monetario del elemento y el gran significado<br />

que tiene, a su vez, para la honra del gaucho.<br />

La apuesta fue realizada y otros muchos paisanos se apresuraron a hacer las<br />

suyas. Estiraban los rollitos de billetes de colores fuertes para entregárselos a Don<br />

Segovia, que, por su recta moral, organizaba cada mes las cuadreras —las partidas de<br />

truco y las tabas)— más limpias y justas de la zona. Nadie apostó contra Jesús. Aun<br />

viéndolo tambalearse ebrio y prácticamente tirarse sobre el lomo de su caballo, que,<br />

acostumbrado a llevar al amo casi por inercia, soportó el peso muerto sin relinchar.<br />

Sin que nadie se lo dijera, Robert creyó que lo atinado sería sacarle la montura a<br />

su animal, y montar a pelo como un hombre. “Eso no es así hace mil años, buen señor”,<br />

le explicó don Jaime al gringo, que de algún libro de “curiosidades salvajes” leído en<br />

Europa habría sacado la vetusta idea. Antes de subirse, cuidó que el caballo no estuviera<br />

- 147 -<br />

═════════════════

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!