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Antología concurso Ángel Ganivet 2018

Primera Edición: febrero 2019 Textos: Hugo Gastón Irigaray, Francisco J. Jariego, José Ignacio Ceberio Sainz de Rozas, Adriana Silvia Vaninetti, Pablo Loperena López, William Antonio Argüello Bernal, Jesús Carlos Ruiz Suárez, Javier Álvarez, Adolfo Eloy Villafuerte Caicedo, Mercedes Duarte Alvarado, Benito Pastoriza Iyodo, Mar Correa , José Manuel Fernández Argüelles, Anahí Almasia, Mariana Sández, Eduardo Fernán-López, Juan Ángel Cabaleiro, Jorge Rafael Castagna, Cintia Mannocchi, Estefanía Bernabé Sánchez y Salomé Guadalupe Ingelmo.

Primera Edición: febrero 2019

Textos:
Hugo Gastón Irigaray, Francisco J. Jariego, José Ignacio Ceberio Sainz de Rozas, Adriana Silvia Vaninetti, Pablo Loperena López, William Antonio Argüello Bernal, Jesús Carlos Ruiz Suárez, Javier Álvarez, Adolfo Eloy Villafuerte Caicedo, Mercedes Duarte Alvarado, Benito Pastoriza Iyodo, Mar Correa , José Manuel Fernández Argüelles, Anahí Almasia, Mariana Sández, Eduardo Fernán-López, Juan Ángel Cabaleiro, Jorge Rafael Castagna, Cintia Mannocchi, Estefanía Bernabé Sánchez y Salomé Guadalupe Ingelmo.

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picar”. “¿Y el líquido de la jeringa?”, le preguntaba yo muerta de miedo. “Ah, es un<br />

líquido especial para protegerte contra las enfermedades”, respondía. Era mentira,<br />

Ricardo. Yo pienso que en esas inyecciones estaban las larvas de gusano.<br />

Cuando Vanesa me contaba algo cercano a lo ridículo, mejor callaba y la<br />

escuchaba. Aprendí, en los años que duré con ella, que esos cuentos la ayudaban a<br />

aceptar la realidad. Lo que tenía que hacer en ese momento era seguir escuchando.<br />

Contara lo que contara, Vanesa le iba a dar un giro tragicómico a su historia. Siempre<br />

fue así, nunca dejaba de reírse de la fatalidad.<br />

—Aun cuando me entierren en un ataúd de metal, sellado y estéril, mi cuerpo<br />

se llenará de gusanos.¿Y de dónde vendrán estos, Ricardo? ¿Aparecerán por generación<br />

espontánea? ¡Ja! Ya los traemos dentro, como si fuéramos una manzana infectada.<br />

Morimos, brotan de nuestro cuerpo y nos despachan. Somos su pulpa, terminan con<br />

nuestra carne en un dos por tres. Y oye esto: cuando acaban con nosotros se espantan,<br />

entran en pánico. ¿Sabes por qué?<br />

—Ni idea.<br />

—Porque se dan cuenta que están atrapados en el ataúd. Por más que lo<br />

recorren con la panza llena, no encuentran la salida y entonces ellos mueren también.<br />

De asfixia. Pero la muerte sigue su curso hasta el final, y al morir, esos gusanos se<br />

agusanan. Son pulpa de otros gusanitos más pequeños. Qué risa me da. Y cuando esos<br />

gusanitos terminan, lo mismo. Están atrapados y por eso mismo mueren. ¿Y sabes qué<br />

pasa?<br />

—No.<br />

—¿Estás muy triste y la tristeza no te deja pensar? ¿O de plano no lo sabes?<br />

—No estoy triste y tampoco lo sé.<br />

—Eres un mentiroso y desde que vives con esa mujer te has vuelto un tonto.<br />

—¿Te dan celos?<br />

—¿Para qué me servirían ahora? Te hiciera el teatro que te hiciera, no la<br />

dejarías por mí. Además ya me voy de este mundo. ¿Sabes qué ocurre con los gusanitos<br />

que se comieron a los gusanos que nos comieron a nosotros?<br />

—Parece esa canción flamenca que tanto te gustaba, en el disco de Estrella<br />

Morente que te regalé en un cumpleaños. ¿Recuerdas? La canción del perro que se<br />

come la sopa, o algo así.<br />

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