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Guerras de los Ángeles

Hay una contienda entre las fuerzas del bien y las del mal, entre los ángeles leales y los infieles. Cristo y Satanás no concuerdan y jamás podrán hacerlo. En cada época la verdadera iglesia de Dios ha librado una lucha contra las agencias del mal. Y esta pugna, entre los ángeles malignos y las personas malvadas, por un lado, contra los ángeles del cielo y los verdaderos creyentes, por el otro; ha de continuar hasta el fin del conflicto. Esta violenta batalla incrementará su fiereza a medida que se acerque el fin. A los que se han unido a los agentes satánicos, el Señor los ha designado como hijos de las tinieblas. No existe, ni podrá existir, enemistad natural entre los ángeles caídos y los seres humanos caídos. Ambos son malvados. Por causa de la apostasía ambos abrigan malos sentimientos. Los ángeles malvados y los impíos se han asociado en una confederación desesperada en contra del bien. Satanás sabía que si podía inducir a la raza humana a unirse con él y su rebelión, como lo había hecho con los ángeles, conformaría una poderosa fuerza con la cual podría llevar adelante su rebelión. En medio de las huestes del mal reina la irritación y las rencillas, sin embargo, todos están firmemente aliados en la lucha contra el Cielo.

Hay una contienda entre las fuerzas del bien y las del mal, entre los ángeles leales y los infieles. Cristo y Satanás no concuerdan y jamás podrán hacerlo. En cada época la verdadera iglesia de Dios ha librado una lucha contra las agencias del mal. Y esta pugna, entre los ángeles malignos y las personas malvadas, por un lado, contra los ángeles del cielo y los verdaderos creyentes, por el otro; ha de continuar hasta el fin del conflicto. Esta violenta batalla incrementará su fiereza a medida que se acerque el fin. A los que se han unido a los agentes satánicos, el Señor los ha designado como hijos de las tinieblas. No existe, ni podrá existir, enemistad natural entre los ángeles caídos y los seres humanos caídos. Ambos son malvados. Por causa de la apostasía ambos abrigan malos sentimientos. Los ángeles malvados y los impíos se han asociado en una confederación desesperada en contra del bien. Satanás sabía que si podía inducir a la raza humana a unirse con él y su rebelión, como lo había hecho con los ángeles, conformaría una poderosa fuerza con la cual podría llevar adelante su rebelión. En medio de las huestes del mal reina la irritación y las rencillas, sin embargo, todos están firmemente aliados en la lucha contra el Cielo.

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<strong>Guerras</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Ángeles</strong><br />

Capítulo 18—Los <strong>Ángeles</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Pentecostés hasta <strong>los</strong> Últimos Días<br />

Los ángeles protegen las verda<strong>de</strong>s vitales<br />

Vi que ángeles <strong>de</strong> Dios fueron comisionados para que guardasen con cuidado especial<br />

las verda<strong>de</strong>s sagradas e importantes que habían <strong>de</strong> servir como ancla a <strong>los</strong> discípu<strong>los</strong> <strong>de</strong><br />

Cristo durante toda generación. El Espíritu Santo <strong>de</strong>scansó en forma especial sobre <strong>los</strong><br />

apóstoles, que fueron testigos <strong>de</strong> la crucifixión, resurrección y ascensión <strong>de</strong> nuestro Señor:<br />

verda<strong>de</strong>s importantes que habían <strong>de</strong> ser la esperanza <strong>de</strong> Israel. Todos habían <strong>de</strong> mirar al<br />

Salvador <strong>de</strong>l mundo como su única esperanza, andar en el camino que él había abierto por<br />

el sacrificio <strong>de</strong> su propia vida, y guardar la ley <strong>de</strong> Dios y vivir. Vi la sabiduría y bondad<br />

<strong>de</strong> Jesús al dar po<strong>de</strong>r a <strong>los</strong> discípu<strong>los</strong> para que llevasen a<strong>de</strong>lante la misma obra a causa <strong>de</strong><br />

la cual <strong>los</strong> judíos le habían odiado y dado muerte. En su nombre, tenían el<strong>los</strong> po<strong>de</strong>r sobre<br />

las obras <strong>de</strong> Satanás. Un halo <strong>de</strong> luz y <strong>de</strong> gloria ro<strong>de</strong>ó el tiempo <strong>de</strong> la muerte y resurrección<br />

<strong>de</strong> Jesús e inmortalizó la verdad sagrada <strong>de</strong> que era el Salvador <strong>de</strong>l mundo.—Primeros<br />

Escritos, 196-197. {VAAn 229.1}<br />

Pedro y Juan librados <strong>de</strong> la prisión<br />

Poco tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong>l Espíritu Santo, Pedro y Juan, que habían estado<br />

<strong>de</strong>dicados a la oración ferviente, fueron al templo a adorar. Allí encontraron a un pobre y<br />

<strong>de</strong>sanimado paralítico... Los discípu<strong>los</strong> se compa<strong>de</strong>cieron <strong>de</strong> él. “Pedro, con Juan, fijando<br />

en él <strong>los</strong> ojos, le dijo: Míranos... No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el<br />

nombre <strong>de</strong> Jesucristo <strong>de</strong> Nazaret, levántate y anda”. Hechos 3:4-6.—The Spirit of<br />

Prophecy 3:275-276. {VAAn 230.1}<br />

Como <strong>los</strong> saduceos no creían en la resurrección, se encolerizaban al oír a <strong>los</strong> discípu<strong>los</strong><br />

afirmar que Cristo había resucitado <strong>de</strong> entre <strong>los</strong> muertos, pues comprendían que si se<br />

<strong>de</strong>jaba a <strong>los</strong> apóstoles predicar a un Salvador resucitado y obrar milagros en su nombre,<br />

todos rechazarían la doctrina <strong>de</strong> que no habrá resurrección y pronto se extinguiría la secta<br />

<strong>de</strong> <strong>los</strong> saduceos.—Los Hechos <strong>de</strong> <strong>los</strong> Apóstoles, 64-65. {VAAn 230.2}<br />

Algunos <strong>de</strong> <strong>los</strong> oficiales <strong>de</strong>l templo y el jefe <strong>de</strong> la guardia eran saduceos. El jefe, con<br />

la ayuda <strong>de</strong> otros saduceos, arrestó a <strong>los</strong> dos apóstoles y <strong>los</strong> puso en prisión, ya que era<br />

muy tar<strong>de</strong> para que sus casos fuesen examinados esa noche.—The Spirit of Prophecy<br />

3:278. {VAAn 230.3}<br />

Satanás parecía triunfar y <strong>los</strong> ángeles malignos lo celebraban; pero <strong>los</strong> ángeles <strong>de</strong> Dios<br />

fueron enviados a abrir las puertas <strong>de</strong> la prisión. Contrariamente a la or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l sumo<br />

sacerdote y <strong>los</strong> ancianos, <strong>los</strong> ángeles les or<strong>de</strong>naron volver al templo y continuar hablando<br />

palabras <strong>de</strong> vida.—Spiritual Gifts 1:83-84. {VAAn 230.4}<br />

Entretanto, el príncipe <strong>de</strong> <strong>los</strong> sacerdotes y <strong>los</strong> que estaban con él “convocaron al<br />

concilio y a todos <strong>los</strong> ancianos <strong>de</strong> <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> Israel”. Hechos 5:21. Los sacerdotes y<br />

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