UNA HISTORIA DE LOS BAUTISTAS

autismo; y tampoco puede imaginarse que los escritores papistas tuvieran el
menor interés en favorecer a cualquiera de las denominaciones que ellos tanto
detestaban y aborrecían …” (Crosby, History of the English Baptists, I, 63). La
investigación ha confirmado las conjeturas de Crosby, y se ha demostrado que
muchos de los mártires eran Bautistas. El historiador Ivimey también declara
que “los Bautistas llegaron y recibieron su tarifa completa de sufrimientos, y
que muchos de los mártires eran de esa denominación, que en aquel entonces
era numerosa” (Ivimey, History of the Baptists, I, 97).
Los mártires. El número exacto de los mártires de este período quizás jamás
sea conocido con exactitud, pero la gran mayoría de los que sufrieron eran de
esa denominación. William Clark recientemente investigó el tema y expresó el
siguiente testimonio: “Una considerable proporción de quienes sufrieron bajo
María eran Bautistas” (Clark, The Anglican Reformation, 328). Esta conservadora
declaración está apoyada ampliamente por los documentos originales.
Por estos tiempos no era permitida otra forma de bautismo sino la inmersión. El
Obispo Bonner, de Londres, en un artículo en él ordenaba cosas que debían ser
inquiridas o demandadas, decía:
Que si hubiere alguno que no permita al sacerdote sumergir al niño tres
veces en la fuente, estando éste fuerte y capaz de resistir la inmersión, a
juicio de personas expertas y discretas, deberá vestir al niño completamente,
y asperjar unas cuantas gotas de agua sobre su cabeza (Cardwell,
Documentary Annals, I, 157).
La inmersión trina había sido durante mucho tiempo la práctica de la Iglesia de
Inglaterra. Durante el tiempo de María hubo una tendencia a practicar una sola
inmersión, y no tres, como era la costumbre. (Wall, The History of Infant
Baptism, I, 580). El testimonio del Dr. Watson, el Obispo de Lincoln, está a la
mano. Él dice,
Aunque la antigua tradición de la Iglesia ha sido la de sumergir al niño tres
veces, etc., vemos que tal costumbre no es necesaria, sino que una sola
inmersión en agua deberá ser suficiente. Aún así, en tiempos de gran peligro
y/o necesidad, si el agua es derramada sobre su cabeza, será suficiente
(Watson, Holsome and Cathloyke Doctryne Concernynge the Seven
Sacraments, 22, 23. London. 1558).
Por lo que concierne a los Bautistas, no hay registro de alguna excepción a la
inmersión.
La Reina Isabel. Elizabeth, la segunda mujer que reinara sobre Inglaterra, la
última soberana de la dinastía de los Tudor, hija de Enrique VIII y de Ana
Bolena, nacio en el Palacio de Greenwich, en septiembre 7, 1553, y murió en
197