UNA HISTORIA DE LOS BAUTISTAS
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De los cuarenta y dos ingleses que firmaron una de esas Confesiones, once<br />
retiraron sus nombres de ellas, lo cual provocó un gran disgusto entre los<br />
Mennonitas mismos. El resultado fue que Smyth no fue recibido entre los<br />
Mennonitas; no obstante, el grupo que lo seguía fue finalmente recibido,<br />
aunque no sin fricciones, después de años de espera.<br />
Los Anabautistas en Holanda. El tema de los anabautistas no era nuevo<br />
entre los Separatistas en Holanda. Francis Johnson declaró, en 1606, que un<br />
poco después de 1593, cuando su iglesia emigró, “varios de sus integrantes<br />
cayeron en la herejía de los anabautistas (los cuales son muy comunes en esos<br />
países), y al persistir en su error, fueron expulsados por los demás”. John<br />
Payne (Payne, Royall Exchange, Haarlem, 1597) menciona a los Bautistas<br />
Ingleses de los Países Bajos, y Henoch Clapman, en ese mismo año, tuvo<br />
algunos problemas con algunos anabautistas en su iglesia separatista en<br />
Ámsterdam (Henoch Clapman, Little tractate entitled The Carpenter, dated July<br />
7, 1597).<br />
Animosidad en su contra a causa de su bautismo. Extraordinaria<br />
animosidad se ha desarrollado por una discusión respecto a si Smyth se<br />
bautizó a sí mismo o si fue bautizado por Helwys. Él estaba rodeado de<br />
Bautistas Holandeses, pero él no solicitó ser bautizado por ellos. La historia<br />
propalada por los paidobautistas es que primero él se bautizó a sí mismo,<br />
luego bautizó a Helwys, y luego al resto de su grupo. Desde entonces fue<br />
llamado un ‘Se-Bautista’. La historia ha sido utilizada con una intensidad poco<br />
común por los oponentes de los principios bautistas, y ha provocado no pocas<br />
respuestas, muchas de las cuales con un fuerte tono de indignación, diciendo<br />
que eso es una calumnia sobre el hombre (Hanbury, Historical Memorials, I,<br />
179). Los escritores bautistas generalmente han adoptado una firme posición<br />
en contra de la historia de que Smyth se bautizó a sí mismo.<br />
La Sucesión Bautista. Es difícil ver qué diferencia habría entre el que<br />
Smyth se hubiera bautizado a sí mismo o que hubiese sido bautizado por<br />
Helwys. Lo cierto es que Smyth y su iglesia creían tener autoridad para<br />
originar el bautismo entre ellos mismos, y citaban el ejemplo de Juan el<br />
Bautista para apoyar su posición. Su verdadero problema no era el bautismo<br />
en sí sino la autoridad con la que se administraría el bautismo, a causa del<br />
asunto de la sucesión eclesiástica. Smyth francamente dudaba que existiese<br />
sobre la tierra una iglesia bautista con bautismo original y genuino; es decir,<br />
dudaba seriamente que existiera una verdadera sucesión continua de iglesias<br />
apostólicas desde los tiempos de Cristo hasta sus días.<br />
Quizás lo más importante sea el mencionar que el bautismo de Smyth no<br />
afecto para nada el bautismo de las iglesias bautistas de Inglaterra. Algunos<br />
han afirmado que las Iglesias Bautistas Generales de Inglaterra se originaron<br />
con la iglesia de Smyth; que ésta era la iglesia madre de todas las iglesias<br />
bautistas; e incluso que la denominación bautista se originó en Inglaterra en<br />
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