RIESGOS DEBIDOS A LA ELECTRICIDAD ESTÁTICA
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1 Q 2 1<br />
E = CV 2 = = QV<br />
2 2C 2<br />
donde: E [julios, J]= Energía acumulada<br />
Q [culombios, C] = carga eléctrica acumulada<br />
C [faradios, F] = capacidad del condensador<br />
V [voltios, V] = diferencia de potencial a la que es sometido el condensador<br />
Figura 8. Energía acumulada por un condensador eléctrico<br />
El cuerpo humano no es tan buen conductor como los materiales que se utilizan<br />
habitualmente en los sistemas de conducción eléctrica, pero, al tener una alta proporción<br />
de agua con sales disueltas, se considera que conduce relativamente bien<br />
la corriente eléctrica, en especial a los efectos del comportamiento de las cargas<br />
electrostáticas.<br />
La acumulación de cargas en las personas depende de diversos factores:<br />
a. Su movimiento en el entorno.<br />
b. Su contacto con cuerpos susceptibles de cargarse o la proximidad de campos<br />
eléctricos generados por cuerpos cargados (por inducción).<br />
c. Sus características físicas (estado de humedad de la piel, sudoración, etc.).<br />
d. La humedad ambiental: con una humedad relativa (H.R.) baja, el cuerpo humano<br />
puede acumular cargas que generen un campo electrostático de varios kV.<br />
e. La conductividad de la vestimenta: la ropa de fibras sintéticas y los guantes o<br />
calzado aislantes (goma, plástico) favorecen la acumulación de cargas.<br />
f. El tipo de suelo o pavimento (conductividad).<br />
Una persona, al caminar sobre un pavimento no conductor con calzado de suela<br />
no conductora (goma, plástico, etc.), puede alcanzar un potencial de unos 10.000<br />
V. La capacidad del cuerpo humano actuando como condensador eléctrico es de<br />
unos 200 pF (200x10 -12 F); por tanto, aplicando el principio recogido en la figura 9, el<br />
cuerpo humano será capaz de acumular una energía electrostática de unos 10 mJ<br />
o incluso superior, más que suficiente para provocar la ignición de muchas sustancias<br />
que forman atmósferas explosivas, en especial aquellas cuya EMI es inferior a<br />
30 mJ (véanse la figura 9 y la tabla 3).