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Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

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Cristo en todos nuestros pensamientos, 14 de junio<br />

Examíname, oh <strong>Dios</strong>, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis<br />

pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el<br />

camino eterno. Salmos 139:23-24.<br />

Pocos se dan cuenta que es un deber ejercer control sobre los pensamientos<br />

y la imaginación. Es difícil mantener la mente no disciplinada fija en temas<br />

provechosos. Pero si los pensamientos no son empleados en forma apropiada,<br />

la religión no puede florecer en el alma. La mente debe estar ocupada en cosas<br />

sagradas y eternas, o acariciará pensamientos triviales y superficiales. Deben<br />

disciplinarse las facultades tanto intelectuales como morales, porque así se<br />

fortalecerán y mejorarán por el ejercicio.<br />

Para comprender correctamente este asunto debemos recordar que nuestros<br />

corazones son depravados por naturaleza y que somos incapaces por <strong>nos</strong>otros<br />

mismos de seguir un camino correcto. Solamente podremos ganar la victoria<br />

por la gracia de <strong>Dios</strong> combinada con nuestro mayor esfuerzo. El intelecto, tanto<br />

como el corazón, debe consagrarse al servicio de <strong>Dios</strong>. El tiene derecho sobre<br />

todo lo que hay de <strong>nos</strong>otros.<br />

Pocos creen que la humanidad esté tan hundida o que sea tan plenamente<br />

mala, tan desesperadamente opuesta a <strong>Dios</strong> como lo es... Cuando la mente no<br />

está bajo la influencia directa del Espíritu de <strong>Dios</strong>, Satanás puede moldearla<br />

a su voluntad. Depravará todas las facultades racionales que pueda controlar.<br />

El se opone completamente a <strong>Dios</strong> en sus gustos, puntos de vista, preferencias,<br />

aversiones, elección de las cosas y propósitos; no hay gusto por las cosas que<br />

<strong>Dios</strong> ama o aprueba, sino un deleite en aquellas cosas que él desprecia...<br />

Si Cristo mora en el corazón, estará en todos nuestros pensamientos. Nuestros<br />

pensamientos más profundos serán de él, de su amor, su pureza. El llenará<br />

todas las cámaras de nuestra mente. Nuestros afectos se centrarán en Jesús.<br />

Todas nuestras esperanzas y expectativas estarán relacionadas con él. El gozo<br />

más elevado del alma consistirá en vivir la vida presente con fe en el Hijo de<br />

<strong>Dios</strong>, aguardando y amando su advenimiento. El será la corona de nuestro gozo.<br />

Nuestros corazones reposarán en su amor.<br />

Aquellos que han entrenado la mente para deleitarse en ejercicios espirituales<br />

son los que pueden ser trasladados sin ser anonadados por la pureza y la<br />

gloria trascendente del cielo. * [175]<br />

* Año bíblico: Job 38-42.<br />

187

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