28.02.2013 Views

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

La gracia divina es nuestra mayor necesidad, 22 de<br />

septiembre<br />

Pues si anunció el evangelio, no tengo por qué gloriarme. 1 Corintios 9:16.<br />

La conversión genuina <strong>nos</strong> pone cada día en comunión con <strong>Dios</strong>. Habrá<br />

tentaciones que enfrentar y una fuerte tendencia a apartar<strong>nos</strong> de <strong>Dios</strong> para<br />

sumir<strong>nos</strong> en nuestra antigua indiferencia y en un pecami<strong>nos</strong>o olvido del Señor.<br />

No hay corazón humano que pueda permanecer fuerte desprovisto de la gracia<br />

divina. Nadie podrá seguir siendo convertido a me<strong>nos</strong> que se cuide y que el<br />

Maestro lo cuide. A me<strong>nos</strong> que el corazón se aferre firmemente de <strong>Dios</strong>, y <strong>Dios</strong><br />

se aferre firmemente de él, asumirá confianza propia y se exaltará, y ciertamente<br />

tropezará y caerá. El poder de <strong>Dios</strong> recibido por fe era la confianza de Pablo.<br />

“Ya no vivo yo—declaró con humildad—, mas vive Cristo en mí”. Gálatas<br />

2:20. “Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera<br />

peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en<br />

servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a<br />

ser eliminado”. 1 Corintios 9:26-27.<br />

Pablo tenía constantemente el temor de que sus malas inclinaciones lograran<br />

la supremacía. Por eso estaba continuamente combatiendo y resistiendo<br />

firmemente los apetitos y pasiones que trataban de manifestarse. Si el gran<br />

apóstol temblaba al considerar sus debilidades, ¿con qué razón <strong>nos</strong> vamos a<br />

sentir <strong>nos</strong>otros confiados y dispuestos a vanagloriar<strong>nos</strong>?...<br />

Nuestra única defensa segura contra los pecados que <strong>nos</strong> asedian es la<br />

oración, la oración de cada día y de cada hora. No debemos estar un día lle<strong>nos</strong><br />

de celo para sumir<strong>nos</strong> el siguiente en la negligencia, sino como resultado de<br />

la vigilancia y el fervor debemos revitalizar<strong>nos</strong> gracias a nuestra comunión<br />

con <strong>Dios</strong>. La oración es necesaria, y no debiéramos esperar que se manifiesten<br />

los sentimientos sino orar, fervorosamente, ya sea que sintamos algo o que no<br />

sintamos nada. El cielo está abierto para recibir nuestras oraciones. La oración<br />

es el canal que conduce hasta el trono de <strong>Dios</strong> nuestra gratitud y los ardientes<br />

deseos de nuestra alma por recibir la bendición divina, y que <strong>nos</strong> llega en<br />

retribución como la lluvia refrescante de la gracia divina... ¡Oh, cuánto deseo<br />

que dediquemos más tiempo a permanecer sobre nuestras rodillas, y me<strong>nos</strong> a<br />

planificar por <strong>nos</strong>otros mismos y a pensar que podemos hacer grandes cosas! * [275]<br />

* Año bíblico: Abd.; Jon.<br />

291

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!