28.02.2013 Views

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cristo intercede por <strong>nos</strong>otros, 14 de octubre<br />

Tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la<br />

Majestad en los cielos, ministro del santuario, y de aquel verdadero<br />

tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. Hebreos 8:1-2.<br />

El ojo natural no puede nunca contemplar la gracia y la belleza de Cristo. La<br />

iluminación interior, obra del Espíritu Santo, que revela al alma su real impotencia,<br />

su condición desesperada, desprovista de la misericordia y el perdón del que<br />

cargó con el pecado—de la total suficiencia de Cristo—, es lo único que puede<br />

capacitar al hombre para discernir la infinita misericordia, el inconmensurable<br />

amor, la benevolencia y la gloria de Jesús.<br />

Jamás vino alguien al mundo con un mensaje de gracia, de infinita compasión<br />

y de amor inefable como el de nuestro Salvador; y nunca recibió alguien<br />

un tratamiento tal de ma<strong>nos</strong> del hombre caído. “No sois vuestros;... habéis<br />

sido comprados por precio”. Véase 1 Corintios 6:19-20. Somos de Cristo por<br />

creación, somos suyos por redención. El es el único ser sin pecado que soportó<br />

por <strong>nos</strong>otros el sufrimiento, la vergonzosa humillación y el rechazo...<br />

Por lo tanto, ¿cómo deberían conducirse delante del universo celestial aquellos<br />

que han llegado a ser nuevas criaturas en Cristo, salvados por sus méritos?<br />

¿Se quejarán? ¿Se acusarán el uno al otro? ¿No sería mucho más apropiado manifestar<br />

un espíritu manso y sumiso? “Aprended de mí—dijo el gran Maestro—,<br />

que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;<br />

porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:29-30. ¿Revelaremos<br />

este espíritu en nuestros caracteres? ¿Llevaremos su yugo, sostendremos sus<br />

cargas?...<br />

Si todos pudieran ver a Cristo delante del trono, esperando sus oraciones,<br />

anhelando que le entreguen su voluntad, que cesen en la rebelión y que retornen<br />

a su alianza con <strong>Dios</strong>, orarían al Padre con profundo arrepentimiento, pidiéndole<br />

perdón por la transgresión de su ley y por la influencia que ejercieron al<br />

hacer que otros la despreciaran. Las confederaciones del ejército del enemigo<br />

triunfan por la dilación de ellos. ¿Continuarán aún por más tiempo bajo la<br />

condenación de la ley o permanecerán en el bando de Cristo para ayudar con su<br />

influencia y experiencia personal a la raza traicionada y rebelde? ¿Llegarán a<br />

ser colaboradores con Cristo, quien intercede personalmente en su favor ante el<br />

Padre? * [297]<br />

* Año bíblico: Marcos 1-3.<br />

315

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!