28.02.2013 Views

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El vivir para otros, 20 de junio<br />

El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar<br />

su vida en rescate por muchos. Mateo 20:28.<br />

No debemos vivir para <strong>nos</strong>otros mismos. Cristo vino a este mundo para vivir<br />

por otros: no para ser servido sino para servir. Si os esforzáis para vivir como él<br />

vivió, estaréis diciendo al mundo: “Contemplad al Hombre del Calvario”. Por<br />

precepto y por ejemplo estaréis conduciendo a otros en el camino de la rectitud.<br />

El pecado más difundido que <strong>nos</strong> separa de <strong>Dios</strong> y provoca tantos trastor<strong>nos</strong><br />

espirituales contagiosos, es el egoísmo. No se puede volver al Señor excepto<br />

mediante la abnegación. Por <strong>nos</strong>otros mismos no podemos hacer nada; pero si<br />

<strong>Dios</strong> <strong>nos</strong> fortalece, podemos vivir para hacer bien a otros, y de esta manera rehuir<br />

el mal del egoísmo. No necesitamos ir a tierras paganas para manifestar nuestros<br />

deseos de consagrarlo todo a <strong>Dios</strong> en una vida útil y abnegada. Debemos hacer<br />

esto en el círculo del hogar, en la iglesia, entre aquellos con quienes tratamos y<br />

con aquellos con quienes hacemos negocios. En las mismas vocaciones comunes<br />

de la vida es donde se ha de negar el yo y mantenerlo en sujeción.<br />

Pablo podía decir: “Cada día muero”. 1 Corintios 15:31. Es esa muerte diaria<br />

del yo en las pequeñas transacciones de la vida lo que <strong>nos</strong> hace vencedores.<br />

Debemos olvidar el yo por el deseo de hacer el bien a otros. Con muchos hay<br />

una decidida carencia de amor por otros. En vez de cumplir su deber fielmente,<br />

buscan más bien su propio placer.<br />

<strong>Dios</strong> impone positivamente a todos sus seguidores el deber de beneficiar a<br />

otros con su influencia y recursos... Al obrar por los demás, se experimentará<br />

una dulce satisfacción, una paz íntima que será suficiente recompensa... Esto les<br />

proporcionará algo más que una recompensa terrenal; porque todo cumplimiento<br />

fiel y abnegado del deber es notado por los ángeles, y resplandece en el registro<br />

de la vida. En el cielo nadie pensará en sí mismo, ni buscará su propio placer;<br />

pero todos, a causa de un amor puro y genuino, buscarán la felicidad de los<br />

seres celestiales a su alrededor.<br />

Si deseamos disfrutar de la sociedad celestial en la tierra renovada, debemos<br />

ser gobernados aquí por los principios celestiales. * [181]<br />

* Año bíblico: Salmos 36-39.<br />

193

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!