28.02.2013 Views

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Un corazón renovado, 10 de enero<br />

Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis u<strong>nos</strong> a otros; como yo os he<br />

amado, que también os améis u<strong>nos</strong> a otros. Juan 13:34.<br />

Jesús dice: “Como yo os he amado, que también os améis u<strong>nos</strong> a otros”. El<br />

amor no es simplemente un impulso, una emoción transitoria que depende de<br />

las circunstancias; es un principio viviente, un poder permanente. El alma se<br />

alimenta de las corrientes del puro amor que fluyen del corazón de Cristo, una<br />

fuente que nunca falla. Oh, ¡cómo se vivifica el corazón, cómo se ennoblecen<br />

sus motivos, cómo se profundizan sus afectos, mediante esta comunión! Bajo<br />

la educación y la disciplina del Espíritu Santo, los hijos de <strong>Dios</strong> se aman<br />

mutuamente, lealmente, sinceramente y sin afectación, “sin incertidumbre ni<br />

hipocresía”. Santiago 3:17. Y esto porque el corazón está enamorado de Jesús.<br />

Nuestros afectos mutuos surgen de una común relación con <strong>Dios</strong>. Somos una<br />

familia y <strong>nos</strong> amamos los u<strong>nos</strong> a los otros como él <strong>nos</strong> amó. Cuando se compara<br />

este afecto verdadero, santificado y disciplinado, con la cortesía ampulosa del<br />

mundo, las expresiones carentes de significado de la amistad efusiva son como<br />

paja de la era.<br />

Amar como Cristo amó significa manifestar abnegación en todo momento y<br />

lugar, mediante palabras amantes y un continente agradable... El amor genuino<br />

es un precioso atributo que se origina en el cielo, y cuya fragancia crece en<br />

proporción a la forma en que se lo dispensa a los demás...<br />

El amor de Cristo es profundo y ferviente y fluye como una corriente<br />

irresistible para todos los que lo aceptan. No hay egoísmo en su amor. Si este<br />

amor de origen celestial es un principio que mora en el corazón, se manifestará,<br />

no sólo a aquellos que amamos más dentro de una relación sagrada, sino a<br />

todos con los que entramos en contacto. Nos guiará a otorgar pequeños actos de<br />

atención, a hacer concesiones, a ejercer acciones bondadosas, a hablar palabras<br />

tiernas, verdaderas y animadoras. Nos conducirá a simpatizar con aquellos<br />

cuyos corazones tienen sed de simpatía. * [19]<br />

* Año bíblico: Génesis 31-33.<br />

25

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!