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Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

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Reflejemos la luz del sol de justicia, 18 de noviembre<br />

Y <strong>nos</strong>otros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu<br />

Santo, el cual ha dado <strong>Dios</strong> a los que le obedecen. Hechos 5:32.<br />

<strong>Dios</strong> quiere que todo miembro de la iglesia permanezca fielmente en su<br />

puesto del deber, que lleve a cabo su responsabilidad, y que cree una atmósfera<br />

celestial alrededor de su alma al recoger continuamente los brillantes rayos del<br />

Sol de justicia para esparcirlos en el camino de quienes lo rodean...<br />

Hemos de ser los representantes de Cristo, así como Cristo fue el representante<br />

del Padre. Deseamos poder atraer las almas a Jesús, señalarles al Cordero<br />

del Calvario que quita el pecado del mundo. Cristo no reviste el pecado con su<br />

justicia, sino que elimina el pecado, y en su lugar imputa su propia justicia...<br />

Cuando usted recuerda que Cristo ha pagado el precio de su redención con su<br />

propia sangre, y también el de la redención de los demás, usted será impulsado<br />

a capturar los brillantes rayos de su justicia, a fin de que pueda esparcirlos en el<br />

camino de quienes lo rodean. No tiene que mirar hacia el futuro, pensando que<br />

algún día lejano habrá de ser santo; es ahora cuando usted es santificado por la<br />

verdad... Jesús dice: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros<br />

el Espíritu Santo, y me seréis testigos... hasta lo último de la tierra”. Hechos<br />

1:8. Hemos de recibir el Espíritu Santo... El Espíritu Santo es el Consolador,<br />

el cual Cristo prometió a sus discípulos que les enseñaría todas las cosas, y les<br />

recordaría todo lo que él había dicho.<br />

Dejemos de mirar<strong>nos</strong> a <strong>nos</strong>otros mismos, y miremos hacia él, de quien<br />

provienen todas las virtudes. Nadie puede mejorarse a sí mismo, sino que<br />

hemos de acudir a Jesús como somos, deseando fervientemente ser limpiados<br />

de toda mancha y suciedad de pecado, y recibir el don del Espíritu Santo. Por<br />

medio de la fe viviente debemos asir<strong>nos</strong> de su promesa, pues él ha dicho: “Si<br />

vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si<br />

fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. Isaías 1:18.<br />

Hemos de ser testigos de Cristo, reflejando sobre los demás la luz que el<br />

Señor permite que brille sobre <strong>nos</strong>otros. Hemos de encontrar<strong>nos</strong> como fieles<br />

soldados marchando bajo la bandera manchada de sangre del príncipe Emanuel...<br />

El Capitán de nuestra salvación conoce el plan de batalla, y saldremos más que<br />

vencedores gracias a él. * [332]<br />

* Año bíblico: Roma<strong>nos</strong> 8-10.<br />

351

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