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Dios nos Cuida (1991) - Ellen G. White Writings

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El culto familiar no debe descuidarse, 14 de noviembre<br />

Pongan la esperanza... en el <strong>Dios</strong> vivo, que <strong>nos</strong> da todas las cosas en<br />

abundancia para que las disfrutemos. 1 Timoteo 6:17.<br />

Seríamos mucho más felices y más útiles si nuestra vida de hogar y nuestras<br />

relaciones sociales fueran gobernadas por los principios de la religión cristiana,<br />

e ilustraran la humildad y la sencillez de Cristo... Que los visitantes vean que<br />

tratamos de hacer felices a los que <strong>nos</strong> rodean con nuestra alegría, simpatía y<br />

amor.<br />

Mientras procuramos asegurar el bienestar y la felicidad de nuestros invitados,<br />

no pasemos por alto nuestras obligaciones para con <strong>Dios</strong>. La hora de<br />

la oración no debiera ser descuidada por ninguna razón... A temprana hora de<br />

la noche, cuando se puede orar sin prisa y con entendimiento, presenten sus<br />

súplicas y eleven sus voces en alabanza feliz y agradecida. Que todos los que<br />

visiten a los cristia<strong>nos</strong> vean que la hora de la oración es la más sagrada, la más<br />

preciosa y la más feliz del día. Un ejemplo tal no quedará sin efecto.<br />

Estos momentos de devoción ejercen una influencia refinadora y elevadora<br />

sobre todos los que participan en ellos. Se despertarán pensamientos correctos<br />

y deseos nuevos y mejores en los corazones de los más descuidados. La hora de<br />

adoración trae paz y descanso agradecidos al espíritu cansado; porque la misma<br />

atmósfera del hogar cristiano es de paz y reposo...<br />

Nueve de cada diez pruebas y perplejidades que preocupan a tantos son imaginarias<br />

o traídas sobre sí mismos por su propio camino equivocado. Deberían<br />

dejar de hablar de estas pruebas y de magnificarlas. El cristiano puede confiar a<br />

<strong>Dios</strong> cada preocupación, cada cosa que lo perturba. Nada es demasiado pequeño<br />

como para que nuestro compasivo Salvador no lo note; nada es demasiado<br />

grande como para que el no pueda llevarlo.<br />

Entonces pongamos nuestros corazones y hogares en orden; enseñemos a<br />

nuestros hijos que el temor del Señor es el principio de la sabiduría; y expresemos,<br />

por medio de una vida alegre, feliz y bien ordenada, nuestra gratitud y<br />

amor a quien <strong>nos</strong> da “todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”.<br />

Pero por sobre todas las cosas, fijemos nuestros pensamientos y los afectos de<br />

nuestros corazones en el querido Salvador que sufrió por el hombre culpable, y<br />

que así abrió el cielo para <strong>nos</strong>otros. * [328]<br />

* Año bíblico: Hechos 24-26.<br />

347

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