Los procesos de Moscú - Marxistarkiv
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dirigente <strong>de</strong> la Internacional Comunista, resume en lenguaje <strong>de</strong> fiscal los lugares comunes<br />
puestos en circulación por los que saben o dudan, pero callan o gritan en vano. 7<br />
3<br />
Qué importa que pronto se haga evi<strong>de</strong>nte que la empresa stalinista es la contrapartida <strong>de</strong> toda<br />
ayuda y el reverso <strong>de</strong> la medalla. Qué importa que Stalin sólo conceda su ayuda con<br />
cuentagotas y abandone a su suerte a los combatientes españoles. Qué importa que los<br />
hombres que han encarnado en España el apoyo <strong>de</strong> la U.R.S.S., los Koltsov, Rosenberg,<br />
Stachevski, Antonov – Ovseenko, Goriev, sean llamados y fusilados en silencio, como si la<br />
“ayuda” a España hubiese sido una mala empresa que es preciso disimular. 8 Pocos son los<br />
que lo saben. Menos aún los que lo dicen; y a éstos, por otra parte, no se les hace el menor<br />
caso. La guerra oculta el auténtico conocimiento <strong>de</strong> todos los actos que la han precipitado y<br />
hecho inevitable. Lo <strong>de</strong>struye todo. <strong>Los</strong> viejos bolcheviques <strong>de</strong> <strong>Moscú</strong> están bien muertos.<br />
El mismo <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la guerra confirma este juicio. La heroica resistencia <strong>de</strong>l pueblo ruso<br />
es atribuida al jefe que ha organizado los <strong>procesos</strong>, y “ha hecho abortar la 5.ª columna”:<br />
“Stalin ha sido lúcido, ha reaccionado a tiempo”, proclaman los observadores occi<strong>de</strong>ntales,<br />
que comprueban que el pueblo ruso no ha tenido sus Quisling y quiere a Stalin porque lucha a<br />
muerte contra Hitler... “Stalin ha ganado la guerra, luego tenía razón”, concluyen estos<br />
mismos observadores para quienes la historia se reduce a registrar hechos consumados.<br />
Será necesaria la crisis <strong>de</strong>l mundo stalinista <strong>de</strong> la postguerra, el conflicto con Yugoslavia, los<br />
gran<strong>de</strong>s <strong>procesos</strong> <strong>de</strong> Budapest, Sofía y Praga, para sacudir <strong>de</strong> nuevo las conciencias, plantear<br />
dolorosos interrogantes, <strong>de</strong>senterrar el cadáver <strong>de</strong> los <strong>procesos</strong> <strong>de</strong> <strong>Moscú</strong>. La propaganda<br />
comunista contribuye a ello muy a pesar suyo. “El proceso Rajk – escribe un enviado especial<br />
en Budapest – se parece a los <strong>procesos</strong> <strong>de</strong> <strong>Moscú</strong> como un proceso <strong>de</strong> traición a otro proceso<br />
<strong>de</strong> traición ante un Tribunal <strong>de</strong>l Pueblo.” 9 Muchos espíritus inquietos por la fragilidad <strong>de</strong> las<br />
tesis <strong>de</strong> la acusación habían admitido el “sacrificio <strong>de</strong>l viejo bolchevique” o el sentimiento <strong>de</strong><br />
culpabilidad inherente al “alma eslava” como explicación <strong>de</strong> acusaciones que exigían tener en<br />
cuenta Razón <strong>de</strong> Estado e Historia.<br />
Estas hipótesis se revelan ahora como insuficientes. En Sofía, Traitcho Kostov niega ante la<br />
audiencia pública y no vuelve a aparecer. Mindszenty, que es un gran propietario, húngaro y,<br />
por añadidura, prelado, confiesa complaciente. En estos casos, el contexto internacional es<br />
distinto.<br />
<strong>Los</strong> dirigentes comunistas yugoslavos, puestos en evi<strong>de</strong>ncia por el proceso <strong>de</strong> Rajk, se ven<br />
obligados a plantear nuevamente el significado <strong>de</strong> los <strong>procesos</strong> <strong>de</strong> <strong>Moscú</strong>. En el marco <strong>de</strong> la<br />
guerra fría, los <strong>procesos</strong> <strong>de</strong> <strong>Moscú</strong> – cuyo mito comienza a gestarse – se convierten en un<br />
arma. Se <strong>de</strong>nuncia el estado <strong>de</strong> opresión, sin vergüenza alguna, tanto a <strong>de</strong>recha como a<br />
izquierda. Cuando, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Stalin, se reanudan las relaciones entre <strong>Moscú</strong> y<br />
los que hasta la misma víspera eran la “camarilla <strong>de</strong> Tito”, “continuadora <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> los<br />
provocadores trotskistas”, aparece la primera brecha y se entreabren los sumarios.<br />
Creemos que ya es posible hacer punto y aparte. <strong>Los</strong> documentos son suficientemente<br />
numerosos y explícitos por sí mismos y por las relaciones que permiten establecer como para<br />
que sean objeto <strong>de</strong> estudio y no <strong>de</strong> polémica. Era necesario igualmente hacerlos revivir: en lo<br />
que concierne a nuestro trabajo, nos hemos esforzado en presentar al lector los fragmentos<br />
más amplios <strong>de</strong> las actas estenográficas <strong>de</strong> las audiencias públicas, evitando sin embargo las<br />
repeticiones fastidiosas, y también en dar comentarios lo bastante completos como para<br />
aclarar, en lo posible, los <strong>de</strong>bates, sin que por ello hayamos intentado situarnos a cada<br />
momento en el lugar <strong>de</strong> los protagonistas <strong>de</strong>l drama. Se ha omitido en parte, y<br />
<strong>de</strong>liberadamente, el proceso Zinoviev, con mucho el más conocido, y brillantemente<br />
analizado, no hace mucho, por Gérard Rosenthal, utilizándose con preferencia textos y<br />
ejemplos <strong>de</strong> los <strong>procesos</strong> posteriores <strong>de</strong> Piatakov y Bujarin. 10 Habremos alcanzado nuestra