Porque Agoniza El Cristianismo
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tica, basada en las Sagradas Escrituras, y cuando más en alguna<br />
observación de Aristóteles, era la que con su famosa «cosmología»<br />
investigaba las ciencias naturales llegando a conclusiones tan<br />
peregrinas como la de que «el hombre no puede volar, porque si<br />
Dios hubiese querido que volase le hubiese dado alas».<br />
La teología, al igual que la religión, está profundamente a'que-jada<br />
de esclerosis y esto es lo que está causando su muerte. Si por teología<br />
se entendiese la búsqueda de la Primera Causa del universo, sin<br />
prejuicios y sin tener una meta prefijada, entonces teología y ciencia<br />
serían una misma cosa; pero como por teología se entiende la defensa<br />
o la explicación de una teoría religiosa (sea esta talmúdica, bíblica,<br />
védica o islámica) resulta que el divorcio entre ambas es fulminante;<br />
porque tales teorías, como veremos más adelante, son sólo relativas<br />
y parciales y en último término falsas.<br />
Antes de entrar a analizar más en detalle las creencias del<br />
cristianismo, detengámonos un poco para ver algún ejemplo de este<br />
enfrentamiento de la religión con la ciencia; en concreto<br />
analizaremos el enfrentamiento de la moderna parapsicología con<br />
la teología cristiana tradicional. (Tengo que confesarle al lector que<br />
también soy un poco hereje en parapsicología, porque no admito<br />
todos los «dogmas» parapsicológicos que los maestros quieren<br />
imponer).<br />
Querer casar la teología judeo-cristiana con la parapsicología —<br />
tal como están queriendo hacer en la actualidad algunos sacerdotes<br />
parapsicólogos— es una tarea absolutamente imposible. La teología<br />
tiene muchos siglos de predicar «infaliblemente» cosas que ahora no<br />
puede tirar por la borda sin más ni más. <strong>El</strong> gran dilema que la<br />
teología cristiana tiene planteado es que o pierde la credibilidad o<br />
pierde su entronque con la vida y con la realidad de los hechos; si<br />
cambia sus dogmas para modernizarse y empieza a admitir cosas que<br />
había estado rechazando por siglos, entonces pierde la credibilidad; y<br />
si se reafirma en sus viejas enseñanzas entonces perderá a todos sus<br />
fieles pensantes, quedándose únicamente con los Lefévres que en<br />
vez de pensar, «creen» y «sienten». Pero en ambos casos está<br />
irremediablemente sentenciada a perder los fieles.<br />
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