Porque Agoniza El Cristianismo
Porque Agoniza El Cristianismo
Porque Agoniza El Cristianismo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
importancia tiene para sus propias creencias, se quedaría pasmado<br />
ante las curiosísimas coincidencias que descubriría, y que ya he<br />
tocado en el libro anteriormente citado.<br />
¿Hijo de Dios?<br />
Indudablemente la pregunta clave que acerca de Cristo se suele<br />
hacer si es Hijo de Dios o no. Y ante una pregunta tan poco<br />
elaborada, tan tosca, tan hecha en términos puramente humanos, no<br />
habrá más remedio que dar una respuesta igualmente tosca: «Dios<br />
no tiene hijos».<br />
Tener hijos es cosa propia del reino animal. Y Dios no pertenece<br />
al reino animal. Tienen hijos las vacas, las ovejas y las mujeres. Pero<br />
poner a tener hijos a la Divinidad, a la Primera Causa, a la Energía<br />
Inicial, a la pura Inteligencia y al puro Espíritu, es animalizar algo de<br />
lo que apenas si podemos tener una lejana idea.<br />
Una cosa muy curiosa es que Cristo no se llamaba a sí mismo<br />
«hijo de Dios», y sí, por el contrario, «hijo del hombre». En cambio,<br />
paradógicamente vemos cómo en la biblia se nos llama a los hombres<br />
«hijos de Dios» en repetidas ocasiones. En este sentido admitimos,<br />
por supuesto, que Cristo fue el primogénito entre los «hijos de Dios».<br />
Ya en otras partes he escrito que la iglesia cristiana hace años que<br />
se liberó del geocentrismo ptolomaico o astronómico que<br />
consideraba a la Tierra como el centro del Universo, pero todavía no<br />
se ha liberado del geocentrismo religioso, es decir, dejar de<br />
considerar a este microscópico planeta —perdido en los suburbios de<br />
una de las cien mil galaxias—, como el centro del Universo, debido a<br />
que en él vino a encarnarse nada menos que el hijo único del<br />
creador de todo el Universo. Por un lado, las matemáticas nos<br />
convencen de que tal cosa es imposible y por otro la misma realidad<br />
de nuestro planeta, tan bien conocida por nosotros, nos está diciendo<br />
que si Dios hizo una excepción tan extraordinaria con nuestro mundo,<br />
la verdad es que no queda muy bien parado como planificador y<br />
como ejecutador de sus propios planes,<br />
147