27.04.2013 Views

la_experiencia_de_leer

la_experiencia_de_leer

la_experiencia_de_leer

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>de</strong> dos maneras.<br />

Primero, y más obviamente, una reacción social y orgánica. Queríamos<br />

«participar»; cantar, tararear, marcar el compás, ba<strong>la</strong>ncear nuestros cuerpos<br />

con el ritmo. Sabemos muy bien cuan a menudo <strong>la</strong> mayoría siente este<br />

impulso y se <strong>de</strong>ja llevar por él.<br />

En segundo lugar, una reacción emocional. Según <strong>la</strong> melodía pareciese<br />

sugerírnoslo, nos volvíamos heroicos, nos poníamos me<strong>la</strong>ncólicos o alegres.<br />

Tengo razones para ser cauteloso: si digo «pareciese» es porque algunos<br />

puristas <strong>de</strong> <strong>la</strong> música me han asegurado que <strong>la</strong> correspon<strong>de</strong>ncia entre ciertos<br />

aires y ciertas emociones es una ilusión. Sin duda, esa conexión <strong>de</strong>saparece a<br />

medida que se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong> <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra comprensión <strong>de</strong> <strong>la</strong> música. Y no es en<br />

modo alguno universal. Ya en Europa Oriental el tono menor no presenta <strong>la</strong><br />

importancia que tiene para <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> los ingleses. Por mi parte, al<br />

escuchar un canto guerrero zulú no me pareció percibir el avance <strong>de</strong> un impi<br />

ávido <strong>de</strong> sangre sino el sonido dulce y me<strong>la</strong>ncólico <strong>de</strong> una berceuse. A veces<br />

también suce<strong>de</strong> que este tipo <strong>de</strong> reacciones emocionales respon<strong>de</strong>n mucho<br />

más a los títulos caprichosos <strong>de</strong> ciertas composiciones que a <strong>la</strong> música misma.<br />

Cuando <strong>la</strong> reacción emocional es suficientemente intensa excita <strong>la</strong> fantasía. Surgen<br />

vagas imágenes <strong>de</strong> tristezas inconso<strong>la</strong>bles, <strong>de</strong> <strong>de</strong>slumbrantes bacanales o <strong>de</strong><br />

arrasados campos <strong>de</strong> batal<strong>la</strong>. Estas imágenes se van convirtiendo en <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra<br />

fuente <strong>de</strong> nuestro p<strong>la</strong>cer. Casi <strong>de</strong>jamos <strong>de</strong> oír <strong>la</strong> melodía, y más aún <strong>de</strong> percibir el uso<br />

que el compositor hace <strong>de</strong> el<strong>la</strong> y <strong>la</strong> calidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> ejecución. Hay un instrumento, <strong>la</strong><br />

gaita, que todavía escucho <strong>de</strong> esta manera. Soy incapaz <strong>de</strong> distinguir entre una pieza y<br />

otra, como tampoco entre un buen y un mal gaitero. Sólo escucho «gaitas», todas<br />

igualmente embriagadoras, acongojantes, orgiásticas. Así reaccionaba Boswell frente a<br />

<strong>la</strong> música en general. «Le dije que me afectaba hasta tal punto que a menudo mis<br />

nervios eran presa <strong>de</strong> una dolorosa agitación en virtud <strong>de</strong> <strong>la</strong> cual mi mente osci<strong>la</strong>ba<br />

entre un sentimiento <strong>de</strong> patética congoja, que casi me hacía <strong>de</strong>rramar lágrimas, y otro<br />

<strong>de</strong> intrépido arrojo, que me impulsaba a <strong>la</strong>nzarme hacia el sitio don<strong>de</strong> el combate era<br />

más intenso.» La respuesta <strong>de</strong> Johnson es digna <strong>de</strong> recordarse: «Señor, si me va a<br />

volver tan tonto prefiero no escuchar<strong>la</strong>サ. 2<br />

Antes hemos tenido que recordar que, si bien el uso popu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> los cuadros no<br />

constituye una apreciación auténtica <strong>de</strong> éstos, no necesariamente es vulgar y<br />

<strong>de</strong>gradado en sí mismo... aunque, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, con frecuencia lo sea. En el<br />

caso <strong>de</strong>l uso popu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong> música no es preciso hacer esa <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ración. Una<br />

con<strong>de</strong>na general <strong>de</strong> <strong>la</strong> reacción orgánica o <strong>de</strong> <strong>la</strong> emocional sería inaceptable.<br />

Equivaldría a una <strong>de</strong>scalificación <strong>de</strong> <strong>la</strong> especie humana. Obviamente, cantar y<br />

bai<strong>la</strong>r al son <strong>de</strong>l violín en una fiesta (reacciones orgánica y social) son<br />

activida<strong>de</strong>s correctísimas. Que «el arpa haga brotar sa<strong>la</strong>das lágrimas en tus<br />

ojos» no es ridículo ni vergonzoso. Ninguna <strong>de</strong> esas reacciones es específica <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s personas carentes <strong>de</strong> cultura musical. También los cognoscenti pue<strong>de</strong>n ser<br />

sorprendidos tarareando o silbando. También ellos, o algunos <strong>de</strong> ellos, son<br />

sensibles a <strong>la</strong>s sugerencias emocionales <strong>de</strong> <strong>la</strong> música.<br />

Sin embargo, no tararean ni silban mientras suena <strong>la</strong> música; sólo lo hacen<br />

cuando <strong>la</strong> evocan, como cuando repetimos para nosotros mismos nuestros<br />

versos preferidos. A<strong>de</strong>más, el efecto emocional directo <strong>de</strong> este o aquel pasaje<br />

tiene una importancia muy pequeña. Una vez que hemos captado <strong>la</strong><br />

estructura global <strong>de</strong> <strong>la</strong> obra, una vez que nuestra imaginación auditiva ha<br />

recibido <strong>la</strong> invención (al mismo tiempo sensible e intelectual) <strong>de</strong>l compositor,<br />

po<strong>de</strong>mos tener una reacción emocional ante el<strong>la</strong>.<br />

Se trata <strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> emoción diferente ante un tipo <strong>de</strong> objeto diferente. Es<br />

una emoción impregnada <strong>de</strong> inteligencia. Y, sin embargo, es mucho más<br />

sensible que <strong>la</strong> <strong>de</strong>l uso popu<strong>la</strong>r, más ligada al oído. Hay una atención total a<br />

2 Boswell, Life of Johnson, 23 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1777.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!