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e<strong>la</strong>ción entre <strong>la</strong> mecanización y <strong>la</strong> nacionalización» sin que se les<br />
mueva un pelo.<br />
3. Su inconsciencia no se limita al oído. Tampoco son sensibles al estilo, e<br />
incluso llegan a preferir libros que nosotros consi<strong>de</strong>ramos mal escritos.<br />
Haced <strong>la</strong> prueba y ofreced a un lector <strong>de</strong> doce años sin sensibilidad<br />
literaria (no todos los muchachitos <strong>de</strong> esa edad carecen <strong>de</strong> el<strong>la</strong>) La is<strong>la</strong><br />
<strong>de</strong>l tesoro a cambio <strong>de</strong> <strong>la</strong> historieta <strong>de</strong> piratas que constituye su dieta<br />
habitual; o bien, a un lector <strong>de</strong> <strong>la</strong> peor c<strong>la</strong>se <strong>de</strong> ciencia ficción Los<br />
primeros hombres en <strong>la</strong> luna <strong>de</strong> Wells. A menudo os llevaréis una<br />
<strong>de</strong>silusión. Al parecer les estaréis ofreciendo el tipo <strong>de</strong> cosas que les<br />
gustan, pero mejor hechas: <strong>de</strong>scripciones que realmente <strong>de</strong>scriben,<br />
diálogos bastantes verosímiles, personajes c<strong>la</strong>ramente imaginables.<br />
Picotearán un poco aquí y allá, y en seguida lo <strong>de</strong>jarán <strong>de</strong> <strong>la</strong>do. Ese tipo<br />
<strong>de</strong> libro contiene algo que los <strong>de</strong>sconcierta.<br />
4. Les gustan <strong>la</strong>s narraciones en <strong>la</strong>s que el elemento verbal se reduce al<br />
mínimo: «tiras» don<strong>de</strong> <strong>la</strong> historia se cuenta en imágenes, o filmes con el<br />
menor diálogo posible.<br />
5. Lo que pi<strong>de</strong>n son narraciones <strong>de</strong> ritmo rápido. Siempre <strong>de</strong>be estar<br />
«sucediendo» algo. Sus críticas más comunes se refieren a <strong>la</strong> «lentitud»,<br />
al «<strong>de</strong>tallismo», etc., <strong>de</strong> <strong>la</strong>s obras que rechazan.<br />
No es difícil <strong>de</strong>scubrir el origen <strong>de</strong> todo esto. Así como el oyente que no sabe<br />
escuchar música sólo se interesa por <strong>la</strong> melodía, el lector sin sensibilidad<br />
literaria sólo se interesa por los hechos. El primero <strong>de</strong>scarta casi todos los<br />
sonidos que <strong>la</strong> orquesta produce realmente: lo único que quiere es tararear <strong>la</strong><br />
melodía. El segundo <strong>de</strong>scarta casi todo lo que hacen <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras que tiene<br />
ante sus ojos: lo único que quiere es saber qué sucedió <strong>de</strong>spués.<br />
Sólo lee re<strong>la</strong>tos porque únicamente en ellos pue<strong>de</strong> encontrar hechos. Es sordo<br />
para el aspecto auditivo <strong>de</strong> lo que lee porque el ritmo y <strong>la</strong> melodía no le sirven<br />
para <strong>de</strong>scubrir quién se casó con (o salvó, robó, violó o asesinó a) quién. Le<br />
gustan <strong>la</strong>s «tiras» y los filmes don<strong>de</strong> casi no se hab<strong>la</strong> porque en ellos nada se<br />
interpone entre él y los hechos. Y les gusta <strong>la</strong> rapi<strong>de</strong>z porque en un re<strong>la</strong>to muy<br />
rápido sólo hay hechos.<br />
Sus preferencias estilísticas requieren un comentario más extenso. Podría<br />
parecer que se tratase en este caso <strong>de</strong> un gusto por lo malo como tal, por lo<br />
malo en virtud <strong>de</strong> su maldad. Sin embargo, creo que no es así.<br />
Tenemos <strong>la</strong> impresión <strong>de</strong> que nuestro juicio sobre el estilo <strong>de</strong> una persona,<br />
pa<strong>la</strong>bra por pa<strong>la</strong>bra y oración por oración, es instantáneo. Sin embargo,<br />
siempre es posterior, por infinitesimal que sea el intervalo, al efecto que <strong>la</strong>s<br />
pa<strong>la</strong>bras y <strong>la</strong>s oraciones producen en nosotros. Cuando leemos en Milton <strong>la</strong><br />
expresión «sombra escaqueada» en seguida imaginamos cierta distribución <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong>s luces y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s sombras, que se nos aparece con una intensidad e<br />
inmediatez <strong>de</strong>sacostumbradas, produciéndonos p<strong>la</strong>cer. Por tanto, concluimos<br />
que <strong>la</strong> expresión «sombra escaqueada» es un ejemplo <strong>de</strong> buen estilo. El<br />
resultado <strong>de</strong>muestra <strong>la</strong> excelencia <strong>de</strong> los medios utilizados. La c<strong>la</strong>ridad <strong>de</strong>l<br />
objeto <strong>de</strong>muestra <strong>la</strong> calidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> lente con que lo miramos. Si, en cambio,<br />
leemos el pasaje <strong>de</strong>l final <strong>de</strong> Guy Mannering 3, don<strong>de</strong> el héroe contemp<strong>la</strong> el<br />
cielo y ve los p<strong>la</strong>netas «rodando en su líquida órbita <strong>de</strong> luz», <strong>la</strong> imagen <strong>de</strong> los<br />
p<strong>la</strong>netas rodando ante los ojos, o <strong>de</strong> <strong>la</strong>s órbitas visibles, es tan ridicu<strong>la</strong> que ni<br />
siquiera intentamos construir<strong>la</strong>. Aunque interpretásemos que órbitas no es el<br />
término <strong>de</strong>seado, sino orbes, <strong>la</strong> cosa no mejoraría, porque a simple vista los<br />
p<strong>la</strong>netas no son orbes o esferas, ni siquiera discos. Lo único que encontramos<br />
es confusión. Por tanto, <strong>de</strong>cimos que ese pasaje <strong>de</strong> Scott está mal escrito. La<br />
3 Capítulo 3, adfin.