José María Salcedo EL VUELO DE LA BALA - "CHEMA" Salcedo
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del Perú, errónea o no, estaremos impulsados a la acción. De modo que en esto hay que<br />
hacer una cirugía mental muy fina para distinguir el deseo de la necesidad, la necesidad<br />
de esta imagen global del deseo de poseerla y desarrollarla.<br />
¿A qué se debe esto? Porque se suele decir que en situaciones de crisis económica<br />
como la que en este momento atraviesa el país, son más necesarias que nunca estas<br />
imágenes. Es decir, hay una situación de inseguridad en todas las esferas sociales en<br />
el Perú; esto es una cosa que yo creo se manifiesta en lo económico, por ejemplo, en<br />
la situación de angustia de la clase media.<br />
Pero todo eso implica la necesidad de esa imagen, no el deseo de poseerla. Yo<br />
creo que sí existe la capacidad de construir esa imagen, pero falta lo que yo llamaría la<br />
suficiente cólera combinada con la suficiente paz operativa, para elaborar esa imagen.<br />
¿Y qué cosa es la paz operativa?<br />
La paz del trabajo, la paz del trabajo concreto que excluiría desde artículos en los<br />
periódicos hasta monografías más o menos distinguidas e incluso, por supuesto,<br />
reportajes como éste.<br />
Y, sin embargo, el problema es que mientras eso es necesario, también es necesario<br />
organizar una serie de tareas urgentes.<br />
Bueno, a falta de pan, buenas son tortas. A falta de la imagen global pueden tener<br />
un reportaje de Pablo Macera. De acuerdo, no hay problema, pero eso no quiere decir que<br />
sea el camino, ¿no?<br />
Vistas las cosas a 1982, ¿cuál es la imagen de Macera con respecto a Velasco?<br />
Como todos saben, fui muy crítico con el régimen de Velasco y, en cambio, a<br />
partir del año 78, mis juicios fueron cada vez más favorables a Velasco. Pero pienso que<br />
ahora se está cerrando el ciclo en la medida en que esta admiración por Velasco no<br />
solamente empieza a generalizarse —y yo sospecho siempre de las ideas que tienen<br />
fortuna— sino, además, porque temo mucho el que esté asiendo mal empleada por<br />
quienes quieren hacer de Velasco un escudo para conspiraciones golpistas<br />
convencionales contra el sistema democrático formal. Conspiraciones golpistas<br />
convencionales con las cuales yo no quiero coincidir. Me parece que hay que distinguir<br />
en Velasco el modelo social de la persona y posiblemente la persona es tanto más<br />
interesante que el modelo mismo. Velasco es un caso excepcional en un oficial del<br />
Ejército de procedencia popular que habiendo sido erradicado de su clase de origen y<br />
pudiendo convertirse en un arribista perfecto por —entre comillas— haber llegado, en el<br />
momento de haber llegado, reacciona en contra de todo este proceso de inevitable<br />
ascenso social y procura hacer algo que está mucho más conectado con su clase de<br />
origen, de un modo intuitivo, experimental.<br />
¿Tenía Velasco un modelo social?<br />
Intuitivo, creo que sí. Intuitivo sí.<br />
¿No era simplemente que reaccionaba ante estímulos tipo la Enmienda<br />
Hickenlooper, o enemistades con ciertos sectores de la oligarquía agraria?<br />
Lo que yo pienso es que si hace un momento estábamos conversando de la<br />
inexistencia de una imagen global del Perú entre los intelectuales que, se supone, que son<br />
—entre comillas— las mejores cabezas del país, no vamos a imaginar que Velasco tenía<br />
esta imagen global del Perú. Y posiblemente a Velasco se le hacían las mismas galletas o<br />
peores que a nosotros pero creo que había un impulso, una motivación de base que era