José María Salcedo EL VUELO DE LA BALA - "CHEMA" Salcedo
José María Salcedo EL VUELO DE LA BALA - "CHEMA" Salcedo
José María Salcedo EL VUELO DE LA BALA - "CHEMA" Salcedo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
mano, caminé hacia las inmediaciones del café Haití de Miraflores y allí me encontré a<br />
Coty. Le entregué un ejemplar con una escueta dedicatoria y ella me sugirió que la<br />
llamara por teléfono. No lo hice y recién volvería a verla en noviembre de ese mismo<br />
año.<br />
A principios de noviembre, el Comité Directivo de Izquierda Unida me había<br />
nombrado integrante del Comando que coordinaría la campaña presidencial de Alfonso<br />
Barrantes Lingán. El sábado siguiente al del día de mi nombramiento, circulaba por una<br />
calle comercial de Miraflores.<br />
Al pasar frente a una tienda, sentí la imperiosa necesidad de ingresar y comprar un<br />
polo negro y un pantalón negro. Sólo puedo describir mi sensación con estas palabras:<br />
una imperiosa necesidad.<br />
Entré a la tienda. Sí había pantalón negro, pero no polo negro. Es decir había polo<br />
negro con algún color adicional: un dibujo blanco, una rayita verde, un borde rojo,<br />
etcétera. No acepté. Necesariamente, tendría que ser totalmente negro.<br />
Esa noche, regresé a mi casa alrededor de las doce. Allí me aguardaba una<br />
anotación con la letra inconfundible de mi padre: me había llamado la señora Coty Zapata<br />
que quería comunicarse conmigo. Más abajo, su número telefónico. La llamé a la mañana<br />
siguiente, domingo.<br />
— ¿Sí, <strong>José</strong> <strong>María</strong>?<br />
— Coty, me llamaste.<br />
— No, no te llamé.<br />
— Perdón, sí me llamaste. Mi padre me ha dado el encargo. Quieres hablar<br />
conmigo, ¿no?<br />
— No, no te llamé. Tú eres el que quiere hablar conmigo, ¿no?<br />
En fin, quedamos para el lunes, a las seis de la tarde, en el café Haití de la plaza<br />
de Armas de Lima.<br />
Coty insinuó que podría haberme llamado sin marcar el teléfono. Esto es, que mi<br />
teléfono hubiera sonado y mi padre lo hubiera contestado sin que ella hubiera marcado su<br />
respectivo teléfono. Sobre la mesa del Haití descansaba la nota de mi padre, prueba para<br />
mí irrefutable de su llamada de la noche del sábado.<br />
Coty Zapata me narró entonces lo que ella consideró una "explicación" del<br />
confuso tema de la llamada.<br />
El sábado en la noche, regresando a casa, me "vio" en la sala penumbrosa. Al<br />
principio pensó que yo me encontraba realmente allí, pero pronto comprendí que se<br />
trataba de una "visión". Le llamó la atención un hecho. Yo estaba totalmente vestido de<br />
negro: un polo negro y un pantalón negro. Comprendió que debía comunicarse conmigo.<br />
La conversación giró entonces sobre nuestras respectivas actividades. Ella<br />
acababa de regresar de los Estados Unidos donde había sido contratada para encontrar<br />
objetos perdidos, y otras labores similares. Yo le informé de mi reciente nombramiento<br />
en IU.<br />
"<strong>José</strong> <strong>María</strong> —me dijo—, yo no sé nada de política pero desde ya te digo que no<br />
gana Barrantes. Gana Alan García".<br />
— Pero Barrantes entra a la segunda vuelta, Coty.<br />
— No, no pasa a la segunda vuelta.