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04 07 los amigos de jashua tomo ii maestra hilarion de monte nebo

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LOS AMIGOS DE JHASUA TOMO 2<br />

HILARION DE MONTE NEBO<br />

"Aún tengo la dote que me dio como herencia el Sacerdote <strong>de</strong>l Templo <strong>de</strong> Hornero y quiero<br />

entregarla a mi<br />

anciana tía y buscar mi paz <strong>de</strong> toda la vida en el Monasterio <strong>de</strong> la Madre Adavana. Adon<strong>de</strong><br />

he ido algunas<br />

veces a acompañar en el órgano sus himnos en <strong>los</strong> días <strong>de</strong> solemnidad".<br />

Pero tu ceguera no les permitirá recibirte, le dije.<br />

"Allí no hay egoísmo ninguno y sé que me recibirán, sobre todo si el Patriarca Gaspar dice<br />

una palabra por<br />

mí", me contestó.<br />

—Y ¿dón<strong>de</strong> está esa joven? —preguntó el anciano.<br />

—En la Espera <strong>de</strong>l Recibidor a nuestra puerta, hasta mañana que se disponga <strong>de</strong> ella —<br />

respondió Adabo<br />

— No quedó en el Refugio, porque ella espera ir esta misma noche al Monasterio, si vos<br />

Patriarca le dais una<br />

palabra escrita para la Madre Adavana.<br />

El apóstol Tomás había escuchado en silencio todo este relato. En <strong>los</strong> cuatro días <strong>de</strong> oración<br />

en el<br />

Monasterio su sensibilidad se había sutilizado en extremo, al igual que sus faculta<strong>de</strong>s<br />

mentales se habían<br />

<strong>de</strong>spertado vivamente. La intuición y la percepción <strong>de</strong> <strong>los</strong> pensamientos ajenos cuando<br />

tenían relación con él<br />

mismo, le revelaban secretos íntimos, y sucesos que podían ser realida<strong>de</strong>s en un tiempo<br />

cercano.<br />

Y cuando Adabo mencionó a la joven ciega, sin saber por qué recordó la predicción <strong>de</strong> la<br />

Madre Adavana:<br />

"Antes <strong>de</strong>l séptimo día el amor habrá regado con sus aguas divinas el estéril y seco huerto<br />

<strong>de</strong> tu corasen"'.<br />

Trató <strong>de</strong> alejar <strong>de</strong> sí tal pensamiento, pero no lo consiguió. Antes, se fijó en su mente como<br />

un grabado a<br />

fuego y con tal intensidad que casi le hacia daño. Apenas si oyó la voz <strong>de</strong> Gaspar que <strong>de</strong>cía<br />

al menor <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

solitarios: Haced el favor, llevadme al Recibidor que quiero hablar a esa pobre joven.<br />

Con asombro todos vieron al apóstol apoyar sus manos en el respaldo <strong>de</strong>l sillón <strong>de</strong> ruedas<br />

en que el<br />

Patriarca pasaba <strong>los</strong> últimos años <strong>de</strong> su larga vida para conducirle a don<strong>de</strong> <strong>de</strong>seaba.<br />

Adabo siguió al sillón que se <strong>de</strong>slizaba pausadamente por el claustro silencioso, invadido ya<br />

por la<br />

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ESPIRITUAL<br />

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