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04 07 los amigos de jashua tomo ii maestra hilarion de monte nebo

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LOS AMIGOS DE JHASUA TOMO 2<br />

HILARION DE MONTE NEBO<br />

las escarchas <strong>de</strong>l crudo invierno... el invierno mustio <strong>de</strong> la soledad <strong>de</strong>l corazón en su largo<br />

<strong>de</strong>stierro <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong><br />

Patmos.<br />

Pero no nos anticipemos a <strong>los</strong> acontecimientos.<br />

Al regresar <strong>de</strong> las tierras <strong>de</strong>l Nilo, las golondrinas que habían emigrado huyendo <strong>de</strong> la<br />

tormenta, se<br />

ubicaron en <strong>los</strong> hogares que les esperaban. Boanerges y Amada en el Castillo <strong>de</strong> Mágdalo<br />

<strong>de</strong> don<strong>de</strong> estaba<br />

ausente su dueña que viajaba con Pedro; Saúl y Rhodas en Tiro. Lázaro y Martha habían<br />

consentido que María<br />

quedase por una temporada en Nazareth al lado <strong>de</strong> Myriam y <strong>de</strong> Juan, temporada que se<br />

prolongó hasta que la<br />

muerte llamó a su puerta <strong>de</strong>masiado temprano.<br />

—Juan, yo quiero que tú y yo escribamos un Diario en común. El maestro Leandro me ha<br />

obsequiado un<br />

rollo <strong>de</strong> papiros y con él he confeccionado un lindo cartapacio que llenaremos con nuestras<br />

impresiones,<br />

sentimientos y resoluciones para el presente y para el futuro.<br />

Así hablaba la pequeña María en una velada intima en el Cenáculo <strong>de</strong> la casita <strong>de</strong> Nazareth<br />

don<strong>de</strong> todos<br />

dormían, y sólo ella, Myriam y Juan velaban recordando siempre al ausente inolvidable.<br />

El libro en blanco preparado por María se veía cerrado sobre la gran mesa central.<br />

— ¿Y qué es lo que piensas que escribiremos en él? —le preguntó Juan que hasta ese<br />

momento no había<br />

pensado en ser escritor.<br />

—Aún no lo sé -contestaba ella—. Pero cierta estoy <strong>de</strong> que el Señor, será nuestro inspirador.<br />

Y cual si estas palabras hubieran tenido fuerza <strong>de</strong> evocación, una suave luz en forma <strong>de</strong><br />

estrella comenzó<br />

a diseñarse en la oscura cubierta <strong>de</strong>l cartapacio. La estrella se agrandó hasta cubrir el libreto<br />

y parte <strong>de</strong> la<br />

mesa. Y <strong>los</strong> tres vieron una cruz como <strong>de</strong> sangre en el centro <strong>de</strong> la magnífica luz.<br />

— ¡Siempre esa cruz! —exclamó Myriam y sus hondos sollozos resonaron en el silencio <strong>de</strong><br />

aquella noche<br />

otoñal.<br />

Cuando la ola <strong>de</strong> emoción hubo pasado, se estableció esta conversación.<br />

—Hijos míos —dijo Myriam— paréceme que un <strong>de</strong>signio divino hay sobre vosotros y sobre<br />

ese libro que en<br />

www.gftaognosticaespiritual.org GRAN BIBLIOTECA VIRTUAL ESOTERICA<br />

ESPIRITUAL<br />

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