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04 07 los amigos de jashua tomo ii maestra hilarion de monte nebo

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LOS AMIGOS DE JHASUA TOMO 2<br />

HILARION DE MONTE NEBO<br />

—No venimos buscando la gran<strong>de</strong>za y esplendor, <strong>de</strong> Roma —les <strong>de</strong>cía— sino a nuestros<br />

hermanos en la<br />

fe <strong>de</strong>l Cristo, que reclaman la palabra y el abrazo <strong>de</strong> <strong>los</strong> que tuvimos la dicha <strong>de</strong> conocerle,<br />

<strong>de</strong> vivir a su lado y<br />

escuchar <strong>de</strong> sus propios labios la doctrina santa que hace hermanos a todos <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong><br />

la tierra.<br />

¿Por qué temer a Roma? Nosotros nada queremos <strong>de</strong> ella, ni nada venimos a pedirle ni<br />

quitarle.<br />

Si ella es feliz en la adoración <strong>de</strong> estrellas y <strong>de</strong> soles, nosotros adoramos al Supremo<br />

Creador <strong>de</strong> soles y<br />

estrellas, y seguimos las huellas <strong>de</strong> su Enviado.<br />

Divino que <strong>de</strong>cía: "Mi Remo no es <strong>de</strong> este inundo". Nada tenemos <strong>de</strong> común con Roma. ¿Es<br />

verdad esto,<br />

Pedro? Dilo tú que eres el hermano mayor y seguramente te escucharán más que a mi,<br />

todos estos que tanto<br />

temen a Roma.<br />

—Yo comprendo a Roma —<strong>de</strong>cía María <strong>de</strong> Mágdalo— y pienso que no todo es malo en la<br />

Roma <strong>de</strong> mi<br />

madre. Su po<strong>de</strong>río mundial <strong>de</strong> hoy, lo tuvieron antes Asiría, Persia, Fenicia, Grecia, que hoy<br />

son vasallas <strong>de</strong><br />

Roma. También a ésta le llegará un día le <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia, y no pe<strong>de</strong>mos prever quién será su<br />

dominador.<br />

—Ambas tenéis razón, hijas mías —<strong>de</strong>cía por fin el humil<strong>de</strong> apóstol Pedro—. Pero no<br />

negaréis que tiene<br />

visos <strong>de</strong> loca aventura el que un puñado <strong>de</strong> insignificantes galileos nos creamos necesarios<br />

en la capital <strong>de</strong>l<br />

muirlo.<br />

Estas y otras parecidas conversaciones ocupaban las horas que el velero Fi<strong>de</strong>lis tardó en<br />

recorrer la<br />

distancia que media entre Capua y la Villa Astrea <strong>de</strong>l Lacio.<br />

Más fue el caso que todos tuvieron que modificar sus i<strong>de</strong>as al respecto cuando<br />

<strong>de</strong>sembarcaron bajo las<br />

pérgolas <strong>de</strong> glicinas y rosales <strong>de</strong> la hermosa mansión solariega <strong>de</strong> Quintus Arrius hijo.<br />

Los jardines aparecían cubiertos <strong>de</strong> una muchedumbre <strong>de</strong> hombres, mujeres y niños que<br />

esperaban<br />

ansiosamente al Apóstol Pedro y hermanos en la fe que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la lejana Siria acudían a<br />

llevarles el agua <strong>de</strong><br />

vida eterna, que en el<strong>los</strong> había <strong>de</strong>jado el Mesías Salvador <strong>de</strong> la humanidad. Era aquello todo<br />

un pueblo <strong>de</strong><br />

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ESPIRITUAL<br />

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