EL MUNDO INVISIBLE Y LA GUERRA - O Consolador
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<strong>EL</strong> <strong>MUNDO</strong> <strong>INVISIBLE</strong> Y <strong>LA</strong> <strong>GUERRA</strong> – LEÓN DENIS<br />
elemento personal y enteramente íntimo, que me quita la libertad de<br />
divulgarlos.<br />
***<br />
Las experiencias del coronel de Rochas, así como las de igual naturaleza<br />
de que acabamos de hablar, deben ser conceptuadas sobre todo como<br />
ensayos, como tentativas de reconstrucción de recuerdos de las vidas<br />
anteriores, porque los resultados son todavía parciales y restringidos. Aun<br />
considerándolas tan sólo un comienzo, hay que reconocer que nos proveen<br />
indicaciones preciosas acerca de los procedimientos que es preciso utilizar.<br />
Nos demuestran que hay ahí un vasto campo de investigaciones, un<br />
conjunto de elementos capaces de renovar toda la psicología, disipando el<br />
misterio viviente que en nosotros llevamos.<br />
Tales experiencias son delicadas y complejas. Exigen harta prudencia,<br />
en virtud de las múltiples dificultades con que tropiezan. Se puede leer en<br />
la Revue Spirite de julio de 1918 las instrucciones del Espíritu W. Stead<br />
sobre los métodos aplicables a este género de investigaciones. Por tanto, no<br />
insistiremos en lo que toca a este punto, pero volveremos sobre las amplias<br />
consecuencias que estos estudios tendrán cuando hayan adquirido<br />
suficiente desarrollo. Es innegable que existe allí el germen de una<br />
auténtica revolución en la ciencia del Ser.<br />
Constituye un fenómeno impresionante el ver -en experiencias de este<br />
tipo bien conducidas- cómo poco a poco va surgiendo el pasado de los<br />
oscuros rincones de nuestra memoria. En los sucesos que lo forman es<br />
posible seguir el eslabonamiento riguroso de causas y efectos que rige<br />
todos nuestros actos, que domina el mundo moral tanto como el físico y<br />
que representa la trama, la ley misma de nuestros destinos. En ella aparece<br />
evidente la ley de justicia, y nadie puede ya discutirla.<br />
Dichas experiencias tienen aún otra secuela, no menos importante. Nos<br />
enseñan que la personalidad humana es mucho más amplia y profunda de<br />
lo que suponíamos. El hombre posee no sólo elementos vitales poco<br />
conocidos, sino además insospechadas facultades latentes, cuya<br />
manifestación plena y total nuestro organismo no permite; facultades estas<br />
que en ciertos casos se revelan: telepatía, premoniciones, visión a distancia.<br />
Sucede otro tanto con las capas de nuestra memoria en que duerme el<br />
pasado. En el transcurso de las experiencias a que estamos refiriéndonos,<br />
éste resurge y sale de la sombra. Nuestra propia historia se exhibe, de una<br />
manera que podríamos calificar de automática: multitud de recuerdos<br />
despiertan y ocultas energías se revelan. Podemos recobrarlos y ponerlos en<br />
acción para dirigir correctamente nuestra vida actual, para la<br />
transformación de nuestro porvenir, del destino que nos aguarda.<br />
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