EL MUNDO INVISIBLE Y LA GUERRA - O Consolador
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<strong>EL</strong> <strong>MUNDO</strong> <strong>INVISIBLE</strong> Y <strong>LA</strong> <strong>GUERRA</strong> – LEÓN DENIS<br />
Nunca la humanidad tuvo mayor necesidad de una doctrina que le preste<br />
apoyo y le dé aliento en las horas trágicas. El Espiritismo ofrece su rayo de<br />
luz a todas las almas ensombrecidas por la tristeza y la desesperación.<br />
Extiende su bálsamo consolador sobre todas las heridas.<br />
Por eso la guerra, al paso que es causa de ruinas innumerables, por el<br />
exceso mismo del sufrimiento que provoca podrá tornarse en la ocasión<br />
para un restablecimiento moral. Una de sus secuelas imprevistas es la de<br />
que ha intensificado la comunión que liga al mundo de los vivos con el de<br />
los difuntos. La mayoría de los que combaten en el frente tienen conciencia<br />
de la poderosa ayuda que del Más Allá están recibiendo. Pero la atribuyen<br />
al estado de exaltación que experimentan a la hora del peligro, a la valentía<br />
y confianza inquebrantables que no los abandonan nunca, creando en ellos<br />
una mentalidad muy diferente de la que impera en la retaguardia. Sobre<br />
este punto he recibido cartas tan afirmativas como numerosas.<br />
Un episodio que ha llegado a ser célebre hace este hecho todavía más<br />
tangible. En medio de una furiosa escaramuza de trincheras el lugarteniente<br />
Péricard lanza este llamado sublime:<br />
-¡De pie, los muertos!<br />
En su carta a Maurice Barrés, el protagonista define el sentido de sus<br />
palabras:<br />
"El grito no es sólo mío, sino de todos nosotros. Cuanto más<br />
identifiquéis mi rol con el de la masa de los soldados tanto más os<br />
acercaréis a la realidad. Tengo la convicción de no haber sido más que un<br />
instrumento en manos de un poder superior".<br />
Volvemos a hallar ese sentimiento en muchos de nuestros<br />
contemporáneos. Empiezan a comprender que hay dos mundos en el<br />
nuestro... Detrás del que se ve existe otro -el más genuino, seguro y<br />
duradero-, en el que se despliegan todos los esplendores de la vida<br />
inmortal. De ahí que cada vez más se manifieste la necesidad de saber y<br />
creer, de ligarse a lo que hay de elevado y estable, de permanente en el<br />
Universo.<br />
De todas partes me notifican la formación de grupos espiritistas,<br />
integrados especialmente por intelectuales: preceptores, institutrices,<br />
profesores, oficiales en retiro, etcétera. La circulación de nuestros libros,<br />
folletos y revistas se ha hecho más intensa. Nuestros adversarios se han<br />
inquietado ante tal situación: la Iglesia católica movilizó a sus mejores<br />
predicadores. Pero las conferencias del padre Coubé, unidas a la acción de<br />
Dickson, y que se podían creer arregladas de antemano, no han obtenido el<br />
resultado que se esperaba. La tesis del primero de los nombrados, acerca de<br />
la intervención del demonio en los hechos del Espiritismo, y los groseros<br />
trucos de que echó mano el segundo, han provocado la sonrisa de sus<br />
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