EL MUNDO INVISIBLE Y LA GUERRA - O Consolador
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<strong>EL</strong> <strong>MUNDO</strong> <strong>INVISIBLE</strong> Y <strong>LA</strong> <strong>GUERRA</strong> – LEÓN DENIS<br />
historia ofrece trataran de despertar la fibra entumecida. Obte nían por todo<br />
resultado una indiferencia astuta y burlona. ¿No se llegó acaso a decir, en<br />
una canción muy difundida, que las balas de nuestros soldados serían para<br />
sus generales? La Confederación del Trabajo y los sindicatos ferroviarios<br />
amenazaban responder con una huelga a la orden de movilización. En el<br />
ínterin, estalla la guerra y, de súbito, un vuelco total se opera en las almas.<br />
La movilización se lleva a efecto con rapidez, gravedad y precisión. Los<br />
hombres parten hacia el frente con la conciencia de los grandes deberes que<br />
tienen que cumplir, con la decisión de llegar hasta el autosacrificio, hasta la<br />
muerte misma. Sin vacilaciones dejan el propio hogar, su mujer y sus hijos,<br />
a quienes tal vez no vuelven a ver nunca en esta vida.<br />
Durante dos largos años, con firme voluntad que nada hará flaquear, el<br />
soldado francés arrostrará la ofensiva del más formidable ejército que el<br />
mundo haya visto jamás. Consciente de su esfuerzo y seguro de sus<br />
medios, sabe que está sirviendo a la más noble de las causas: la de la patria<br />
y la de la libertad.<br />
Así, Francia se ha revelado al mundo con su auténtico carácter. La<br />
creían debilitada, disminuida, decadente. No faltaban quienes llegasen a<br />
afirmar que su rol histórico había concluido. Ahora bien, en el transcurso<br />
de esta gigantesca lucha no ha conocido una sola hora de desesperanza, de<br />
desaliento. Las más severas pruebas, las dificultades multiplicadas la han<br />
hallado más estoica, más pertinaz en proseguir su tarea inmensa hasta el<br />
triunfo del derecho y la justicia.<br />
En medio de combates diurnos y nocturnos, en los cuales desbarataba<br />
los minuciosos cálculos y las combinaciones infames de la táctica alemana,<br />
el soldado francés estaba poseído de una especie de frenesí místico. Bajo el<br />
tableteo de las ametralladoras, en esa tempestad de hierro y fuego, entre las<br />
llamaradas y el tufo de los gases asfixiantes, se mostró siempre bravo y<br />
ardoroso, dispuesto a realizar cualquier tarea, a todos los esfuerzos<br />
sublimes.<br />
En esta aran tragedia, la más terrible que la humanidad haya conocido<br />
hasta hoy, Francia representa la fuerza moral de nuestra coligación. La<br />
victoria del Marne ha detenido el alud germánico, manteniéndolo<br />
largamente inmovilizado y dando con ello a los Aliados el tiempo<br />
indispensable para llenar las lagunas de su organización, reparar su<br />
imprevisión y, en un esfuerzo común, reaccionar contra el más temible de<br />
los dispositivos militares.<br />
Frente a un mundo aterrorizado por la brutalidad alemana, Francia ha<br />
retomado y defendido, junto con sus Aliados y contra un adversario<br />
trapacero, criminal y desleal, la causa imprescindible de la justicia, de la<br />
verdad y de la libertad de los pueblos, el derecho que a todo hombre asiste<br />
de vivir y morir libre. Podemos afirmar que Francia ha salvado a Europa<br />
del más humillante de los despotismos. De esta manera, se ha ganado por<br />
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