Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
de los ahogados, a pesar de los fuegos.<br />
nos<br />
condenábamos al ocio, al espectáculo de negar<br />
las cosas tal como las habíamos conocido,<br />
nombrado, amado en la última luz. Y no existíamos<br />
más que a través de nosotros. Y no penetrábamos<br />
en ellas. Y no nos reconocíamos más que<br />
al borde de algunas canciones que habíamos<br />
hecho aprender a los niños mientras prendían<br />
fuego a las mechas, a nosotros mismos convertidos<br />
en una explosión. nos condenábamos al ocio,<br />
al espectáculo de pasar ocultos, escondidos<br />
entre una siesta de inscripciones indescifrables,<br />
adelgazándonos para mejor abrazarnos bajo<br />
las velas de alguna losa hueca que lanzaba<br />
gritos desesperados sobre los castillos de<br />
fuego.<br />
nos condenábamos al ocio de construir<br />
extrañas trampas, de juntar –por ejemplo– las<br />
huellas de nuestros pasos, cuando los sedimentos<br />
aún no estaban consolidados y resbalábamos<br />
por las pistas de reptación arrastrándonos<br />
sobre el fango o la arena confundida en nuestras<br />
espaldas. Reproducíamos falsos moldes,<br />
falsas huellas, contrahuellas, como si fuese lo<br />
único conservado después de haber perdido el<br />
relleno del hueco donde estaba el molde. Otras<br />
veces nos acercábamos a robar los huevos de<br />
las aves, o sus excrementos, o sus propias<br />
63